Muchos conocen la terrible historia de la planta Ucraniana que hizo explosión un 26 de abril de 1986, pero sabías que hay un Chernóbil mexicano, el peor desastre nuclear de América Latina.
A pesar de que esta tragedia sucedió en 1983, dos años antes de la explosión del reactor ucraniano de Chernóbil; fue bautizada el ‘Chernóbil mexicano’.
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¿Cómo sucedió este desastre nuclear en México?
Todo empezó el 25 de noviembre de 1977 cuando el Centro Médico de Especialidades S.A. de Ciudad Juárez, Chihuahua compró una maquinaria que se introdujo a México sin cumplir todos los requerimientos de importación vigentes.
Lo adquirido, quedó votado en un almacén pues no se contaba con el personal que supiera manejar este tipo de aparatos: una unidad de teleterapia que utilizaba una fuente de Cobalto-60.
Pasaron 6 años (1983), y ya nadie recordaba tal aparato, ni para qué servía, por ello en un intento de deshacerse de la chatarra, un grupo de intendentes decidió vender sus partes en chatarra.
Comenzaron a desmantelar este artefacto a martillazos y a pesar de observar que el artefacto liberó un líquido azul incandescente estos hombres continuaron su labor.
Posteriormente el material se trasladó en una camioneta – esparciendo el veneno radioactivo por su camino – al ‘Yonkie Fenix’ para convertir los pedazos en material y varillas para construcción.
Cuando parte de este material de construcción llegó a Estados Unidos fue cuando se dieron cuenta de los altos niveles de radiación y comenzaron las investigaciones.
¿Cuáles fueron los niveles de radiación del Chernóbil mexicano?
Ha sido imposible saber cuántas casas fueron construidas en Ciudad Juárez con las varillas radioactivas, pues parte de este material fue exportado incluso fuera del país.
Sin embargo, se estima que alrededor de cuatro mil personas resultaron expuestas a la radiación, de éstas, casi 80% recibieron dosis inferiores a los 500 mrem (peligrosidad de una radiación); 18 % entre 0.5 y 25 rems y, que 2%, alrededor de 80 personas, recibieron dosis superiores a los 25 rems.
Se cree que hasta la fecha existen rezagos de esta radioactividad, luego de casi 39 años de la tragedia de Chernóbil mexicano el terrible desastre nuclear que vivió nuestro país.