Cientos de efectivos trabajan este sábado para combatir un incendio forestal que ha obligado a desalojar a unas mil 750 personas en España, donde según las autoridades, las llamas presentan una gran voracidad y han quemado unas 3 mil 800 hectáreas.
El primer gran incendio del año en España, que comenzó el pasado jueves entre las provincias de Castellón y Teruel, sigue sin estar controlado, si bien, en las últimas horas no aumentó el perímetro afectado, de unos 35 o 40 kilómetros, de acuerdo a datos de las autoridades regionales.
La extinción del fuego continúa en un alto grado de complejidad, con unas condiciones meteorológicas más propias del verano, con poca humedad, viento y elevadas temperaturas, que hacen que la situación siga siendo muy difícil para el trabajo de bomberos de distintas regiones y una unidad militar para emergencias, con el apoyo de policías y entidades como Cruz Roja.
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¿Accidente o hecho a propósito?
La Guardia Civil ha tomado declaración a cuatro personas por su presunta relación con el origen del incendio, que al parecer realizaban algún trabajo en la zona donde comenzó el fuego.
Fuentes de los servicios de emergencias consideran que una de las hipótesis apunta a una mala praxis agrícola, pero la investigación continúa en marcha.
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Los incendios que, como este, se declaran a principios de la primavera en España son cada vez más frecuentes en el país, donde en esta jornada se produjeron otros fuegos en distintas regiones aunque de menor intensidad, y llegan a ser incontrolables e inapagables, por factores como la acumulación de biomasa por abandono de actividades agropecuarias en el monte.