Crece la angustia a medida que pasan las horas de este martes, después de los terremotos de magnitud 7.8 y 7.5 que sacudieron el sureste de Turquía la madrugada del lunes.
Los equipos de rescate trabajan a contrarreloj para sacar el máximo número de personas con vida bajo los escombros, pero cada hora que pasa es más complicado.
De hecho, estos mismos equipos no dan abasto y durante el día de hoy se vio que había gente que pasó más de 20 horas bajo los escombros gritando y pidiendo ayuda a través de las redes sociales, y aun así nadie se acercó a socorrerlos, pero por la cuestión de que no hay suficientes equipos.
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En algunas zonas no han conseguido llegar porque las carreteras siguen rotas y en otras no se puede acceder.
En la costa mediterránea, en el puerto de Iskenderun, estaba previsto que varios buques atracaran hoy para llevarse a miles de heridos y trasladarlos a otras ciudades del país para poder ser atendidos en hospitales en zonas seguras, pero no ha sido posible debido a que el propio puerto está sufriendo desde hace horas un grave incendio, específicamente en donde tenían material para transporte.
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El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha declarado el estado de emergencia para toda la región afectada, siendo 10 provincias, con la esperanza de poder agilizar este rescate de los afectados bajo los escombros.
La cifra de fallecidos alcanza los ocho mil entre Turquía y el norte de Siria, así como más de 20 mil heridos que están siendo atendidos en estos momentos.
Según varios expertos, se espera que la cifra de muertos continúe aumentando y aún se desconoce la cifra total de personas que podrían encontrarse desaparecidas.