¿Cómo sobrevivir en una zona completamente devastada por un grave terremoto?, es la gran pregunta que se hacen millones de personas tras los sismos de magnitud 7.8 y 7.5 a principios de febrero, así como el de magnitud 6.4 del pasado lunes, que han devastado el sureste de Turquía.
Cerca de medio millón de personas se han desplazado a otras regiones del país buscando refugio con familiares, mientras que otros permanecen a la espera de saber cuál es el plan del gobierno turco para acoger a los que no tienen hogar.
La cifra de fallecidos asciende a más de 44 mil y son más de 100 mil heridos por estos hechos en el sureste del país.
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El gobierno de Turquía aseguró que, a partir del 1 de marzo, empezará a limpiar y a edificar nuevas casas en la región, pero se espera que éstas no estén disponibles hasta dentro de un año.
Todo el comercio, todos los trabajos que tenían estas personas se han ido a la nada y no tienen forma de subsistir.
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Y no solo eso, sino que edificaciones arqueológicas, iglesias, centros culturales y religiosos también han quedado en la nada.
El gobierno turco no tiene un plan para estas edificaciones y por el momento se concentra solamente en acoger a las personas que no tienen casa. Aún así, por ahora viven en tiendas de campaña, en algunas zonas sin luz y agua potable, y así seguirán al menos durante unos meses.