Rusia lanzó un nuevo ataque masivo con drones y misiles sobre Ucrania tras la decisión de los aliados occidentales de enviar tanques de combate en apoyo de Kiev, que pide rapidez en la instrucción de los soldados ucranianos para el manejo de los "Leopard 2", de fabricación alemana, y "Abrams", de Estados Unidos.
Rusia lanzó entre la noche pasada y la mañana del jueves 24 drones kamikaze y 55 misiles contra Ucrania, después de que Alemania acordara suministrar sus "Leopard2" a Ucrania y permitir a otros países hacer lo mismo, mientras Estados Unidos anunciaba el envío de 31 tanques "Abrams".
47 misiles apuntaban a Kiev y Odessa
Según fuentes del ejército ucraniano, todos los drones y 47 misiles, la mayoría de los cuales apuntaban a Kiev, Vinnytsia y Odessa, han sido derribados. Al menos una persona murió en la capital y otras dos resultaron heridas. Varios edificios quedaron dañados, entre ellos "un objeto de infraestructura energética en Kiev", alcanzado por un misil.
El ataque no ha sorprendido a los ucranianos, tras la anterior pausa de 10 días en los ataques masivos contra infraestructuras civiles y la "acostumbrada" respuesta rusa con este tipo de ataques a los avances en el apoyo exterior a Ucrania.
Los anuncios de los aliados occidentales han supuesto un alivio para los ucranianos, que asistían con preocupación a los anteriores retrasos en torno a los tanques y en medio de continuos informes de bajas en intensos combates en Donbás.
Ucrania busca recuperar territorios ocupados
En redes sociales empezaron a proliferar fotos de ciudadanos con prendas de vestir alusivas al estampado de leopardo, a modo de gratitud a los aliados internacionales. Con ello reflejaban también la esperanza de que los tanques contribuyan a romper el estancamiento en los frentes para que Ucrania pueda recuperar los territorios ocupados y minimizar las pérdidas entre sus tropas.
Sin embargo, es un alivio aún cauteloso: se advierte de que las armas tendrán que llegar rápidamente y en número suficiente para marcar realmente la diferencia.
Ucrania espera tener al menos 100 carros de combate listos para estar operativos en primavera, pero se necesitarán 300 en la lucha por recuperar una parte significativa de las zonas ocupadas, según estimaciones recientes del comandante en jefe Valeri Zaluzhnyi.
A los carros de combate también habría que añadir otro tipo de apoyo militar. El ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, señaló el miércoles que el suministro de modernos aviones de combate será una nueva prioridad en un futuro próximo.
Los analistas militares ucranianos coinciden en que la llegada de los tanques reforzarán "significativamente" la capacidad defensiva y ofensiva del país, pero no serán "una bala de plata".
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Guerra moderna requiere el uso combinado de tanques
Oleksiy Melnyk, del think-tank Razumkov Centre, subrayó que la guerra moderna requiere el uso combinado de tanques, artillería, infantería y aviación, con cada tipo de armas complementando al resto, para obtener los mejores resultados. Mykola Bilieskov, de la ONG "Come Back Alive", tuiteó que cree que los cazas occidentales de cuarta generación acabarán formando parte del arsenal del ejército ucraniano.
Según Bielieskov, la promesa de entregar tanques, otros blindados y artillería a Ucrania puede incitar a Rusia a avanzar una gran ofensiva, antes de que el ejército ucraniano esté significativamente reforzado.
Esto podría ser contraproducente para Rusia y aumentar sus pérdidas. Sus tropas han conseguido detener en gran medida los avances ucranianos tras pasar a una estrategia más defensiva, a raíz de las derrotas en Járkov y Jersón.
Rusia retrocede
Los ucranianos no ven en el esperado envío de tanques a Ucrania un peligro de "escalada", término utilizado por comentaristas extranjeros en relación a los riesgos de aumentar el apoyo militar a Ucrania.
"Estoy seguro de que la historia demostrará que se equivocan. Rusia retrocede cuando debe afrontar una respuesta contundente", subraya la periodista ucraniana Olga Tokariuk, a través de su cuenta en twitter. El suministro de los tanques se considera la respuesta legítima a la agresión rusa sobre Ucrania, que incluye ataques contra la población civil y la devastación y de ciudades enteras.
Tokariuk considera que la decisión de los aliados occidentales indica que creen que Ucrania "puede ganar esta guerra y, lo que es quizá más importante, que el coste de que la perdiera y Rusia la ganara sería mucho mayor en términos de seguridad mundial que de lo contrario".