El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reconoció que el apoyo a Ucrania frente a la invasión rusa 'tiene un precio' para todos, pero instó a mantener la unidad frente al agresor para evitar 'pagar un precio mucho mayor'.
'Sé que esta ayuda tiene un precio. En nuestros países, muchas personas se enfrentan a una crisis del coste de la vida. Las facturas de la energía y los alimentos están aumentando', dijo Stoltenberg durante su intervención en la última sesión de la 68 Asamblea parlamentaria de la Alianza que durante este fin de semana se debatió sobre la guerra en Ucrania desde Madrid.
Sin embargo, recordó, 'el precio que pagamos como aliados de la OTAN se mide en dinero, mientras que el Estado ucraniano paga un precio que se mide en sangre'.
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'Si permitimos que (el presidente ruso, Vladímir) Putin gane, todos nosotros tendremos que pagar un precio mucho mayor', sentenció el político noruego.
En ese sentido, pidió a los parlamentarios que participaron en la Asamblea de la Alianza en Madrid 'mantener el rumbo juntos': 'Cuento con todos ustedes, como miembros de los parlamentos, a que permanezcan unidos'.
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Asimismo, el político noruego recordó que durante la 'transformadora' cumbre de la OTAN celebrada el pasado junio en Madrid se adoptaron 'decisiones muy importantes en un momento crítico para nuestra alianza'.
'Decidimos intensificar nuestro apoyo a Ucrania, reforzar aún más nuestra disuasión y defensa e invitar a Finlandia y Suecia a convertirse en miembros de la OTAN. También adoptamos el Concepto Estratégico para adaptar la alianza a un mundo más peligroso y competitivo', mencionó.
No obstante, consideró que para que los aliados puedan seguir reforzando sus capacidades, 'tenemos que invertir más': 'El 2 % del PIB en Defensa debe considerarse un suelo, no un techo, para nuestras inversiones'.
Las consecuencia de la guerra para la OTAN
Stoltenberg recordó que la guerra en Ucrania 'ha puesto de manifiesto algunas vulnerabilidades clave', como una fuerte dependencia del petróleo y el gas rusos, mientras que Rusia 'ha convertido la energía en un arma y ha intentado utilizarla para chantajearnos e impedir que apoyemos'.
De igual maneta, apuntó, 'nuestros aliados están ahora diversificando sus suministros', algo bueno 'para la seguridad y para el clima', pero insistió en 'no crear nuevas dependencias, sobre todo de China'.
'No podemos dar a los regímenes autoritarios ninguna oportunidad de explotar nuestras vulnerabilidades y socavarnos', señaló, por lo que instó a reforzar la resiliencia de las sociedades y las infraestructuras.
Finalmente, el secretario general de la OTAN pidió intensificar la cooperación con los socios 'cercanos y lejanos', y 'con los más afectados por la agresión y la coerción rusas', entre los que citó a Moldavia, Georgia y Bosnia-Herzegovina, así como los países de ideas afines de todo el mundo, desde América Latina hasta Oriente Medio y el Norte de África, pasando por la región del Indo-Pacífico.