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En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Octavio de la Torre, presidente de la Concanaco Servytur, habló sobre el plan contra la extorsión lanzado por García Harfuch.
En México, ser pequeño empresario es una tarea cada vez más riesgosa. A la amenaza constante del crimen organizado se suma una carga regulatoria excesiva que agobia a quienes intentan trabajar en la formalidad.
"Uno de los casos memorables que va a cumplir un año de haber sido asesinado fuera de la Cámara de Comercio de Matamoros, es el de Julio Almanza. Esto generó que la organización creara y lograra construir un mapa de riesgos y buscar identificar, a través de sus 2 millones de empresarios afiliados directamente a nuestra organización, cómo estaba el mapa de riesgo en términos de extorsión", recordó Octavio de la Torre.
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El presidente de la Concanaco Servytur advirtió que la extorsión ya no solo se limita a llamadas telefónicas o mensajes intimidantes, sino que se ha convertido en una estructura paralela de control económico que afecta directamente la operación de millones de negocios en el país.
"La extorsión ha venido evolucionando. La extorsión, hoy en día, no nada más cobra vidas; la extorsión, hoy en día, encarece los productos, destruye la confianza, y por eso nosotros, desde la fecha en la que fallece o asesinan a Julio Almanza, iniciamos un proceso en el cual solicitábamos a los gobernadores y gobernadoras que este delito se persiguiera de oficio y que se establecieran no nada más en la ley, sino que se construyeran fiscalías especializadas para que pudieran hacer que la ley se cumpliera", señaló De la Torre.
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Desde el asesinato del empresario Julio Almanza en Matamoros en 2023, la organización inició un diagnóstico nacional para mapear los focos rojos. Los resultados son alarmantes: el 89% de las empresas afiliadas ha sido víctima de extorsión en alguna de sus múltiples modalidades, desde el cobro de piso hasta los “derechos de paso” para transporte de mercancías, y el 78% asegura que sus cadenas de valor están intervenidas por estructuras criminales.
"Nosotros, en el estudio que hicimos a nivel nacional, el 96% es la cifra negra de quien no denuncia, porque el que denuncia lo matan en este país, porque finalmente se entera el crimen organizado o el delincuente que está denunciando. Pero fíjate que el 89% de nuestras empresas afiliadas ya reportaban haber sido víctimas de extorsión", afirmó.
Un impuesto criminal que encarece todo
Los empresarios, especialmente las micro y pequeñas empresas, han terminado por normalizar los pagos ilegales como un costo más del negocio. Lejos de desaparecer, la extorsión se ha integrado al sistema económico. En zonas como Michoacán, el crimen impone precios y cuotas a productos básicos como leche, pan o tortillas. Este control criminal no solo limita la competitividad, también encarece los productos y deteriora el tejido social. De acuerdo con el entrevistado, las modalidades de extorsión son:
- Cobro de piso.
- Derecho de paso
- Cuotas de protección.
- Secuestro exprés.
- Extorsión telefónica.
Para De la Torre, el reciente anuncio del gobierno para perseguir este delito de oficio es un paso positivo, pero llega tarde. Hasta ahora, apenas seis gobiernos estatales adoptaron medidas legales para castigar la extorsión sin necesidad de denuncia directa. Y con un 96% de cifra negra, las víctimas rara vez acuden a las autoridades por miedo.
"La población vive con miedo, porque pues no sabes con quién denunciar y este delito económico, pues es un mecanismo de sometimiento social, de control, por supuesto, de territorio y destruye el tejido en cada una de nuestras espacios productivos locales", indicó.
Regulación sofocante y una reforma laboral que preocupa
La violencia no es el único enemigo. Las regulaciones excesivas y contradictorias en los tres niveles de gobierno también asfixian a los pequeños negocios. La mitad de los empresarios formales no conoce todas las reglas que debe cumplir, y la sobrerregulación abre la puerta a extorsiones desde las propias autoridades.
Sobre la reforma para reducir la jornada laboral, De la Torre se mostró crítico. Argumentó que no todas las actividades pueden adaptarse a modelos extranjeros y que, antes de legislar para una minoría formal, se debe atender la informalidad que afecta al 55% de los trabajadores.
