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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Martha Reyes Zazueta, presidenta de Coparmex en Sinaloa, con sede en Culiacán, tocó el tema de por qué persisten las afectaciones a Pymes y empresarios por la violencia en Sinaloa.
Zazueta aseguró que, tras diez meses marcados por la violencia, las pequeñas y medianas empresas continúan operando en condiciones extremas.
“Tenemos familias destrozadas, desplazadas, silenciadas. Una economía detenida. Niños con su educación secuestrada y un futuro en riesgo”, declaró Reyes Zazueta, quien también enfatizó que las inversiones están contraídas, y que los negocios siguen de pie gracias a la voluntad del sinaloense.
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¿Cómo es su rutina diaria viviendo en Culiacán?
En tanto, describió su rutina diaria como una preparación casi militar. “Me levanto a las cinco de la mañana para ver las noticias y saber si se puede salir o no. Reviso si mi empresa está segura, si mis colaboradores podrán desplazarse. Es un monitoreo constante de los focos rojos”, detalló.
La líder empresarial explicó que estos “focos rojos” no son una figura retórica: son balaceras, muertos en la calle, robos de vehículos. “Tenemos códigos para movernos. Ya no usamos bolsas de mano, usamos bandoleras. No llevamos documentos importantes en el coche. Estamos listos para entregar el auto si es necesario”, añadió.
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¿Cuál es la situación empresarial en la entidad?
A pesar del temor, la presidenta de Coparmex aseguró que muy pocos empresarios medianos o grandes han abandonado el estado. Sin embargo, advirtió que si la situación persiste, podría haber un éxodo empresarial en los próximos meses.
Reyes Zazueta también abordó la crisis humanitaria. “La sierra siempre ha tenido menos oportunidades, pero con esta ola de violencia, miles se han desplazado a las ciudades como Culiacán, Mazatlán o Los Mochis, que apenas pueden sostenerse. Ya van más de 3 mil 500 desplazados que agravan la economía local”, afirmó.
La empresaria reprochó que se intente responsabilizar al sector privado de resolver la crisis económica. “Estamos dispuestos a correr el riesgo y sostener la economía, pero el gobierno tiene que comprometerse al mismo nivel”, enfatizó.
Aunque reconoció que recientemente se han reunido con autoridades, lamentó que aún no haya resultados contundentes. “Se están sentando, sí, pero no sabemos si nos están escuchando”, dijo. Para ella, no se trata de empatía como un gesto, sino de una obligación. “Tendría que ser su chamba, no una graciosa concesión”, sentenció.
Sinaloa resiste, pero lo hace con miedo. Y sus empresarios, como Martha Reyes Zazueta, piden que se escuche su llamado antes de que sea demasiado tarde.
