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Eu su colaboración para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Ezra Shabot, periodista, hablará sobre Ovidio Guzmán, Julio César Chávez Jr. y los aparatos de seguridad norteamericanos.
La cooperación en materia de seguridad entre México y Estados Unidos atraviesa uno de sus momentos más tensos en años. Casos recientes como el de Ovidio Guzmán y Julio César Chávez Jr. han expuesto una profunda ruptura en la comunicación entre ambas naciones, situación que refleja el creciente deterioro en la relación bilateral, particularmente en temas de crimen organizado y justicia.
"Personas como Julio César Chávez Jr. u Ovidio Guzmán gozaban de cierta impunidad y se movían relativamente en forma libre y ahora el mensaje que manda Estados Unidos, las agencias de seguridad norteamericanas es claro: 'Vamos por todos y cada uno de aquellos que representan, de manera clara, una ligazón entre el poder y el dinero'", explicó Shabot.
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El analista Ezra Shabot explicó que la coordinación entre las instituciones de seguridad de ambos países ha desaparecido casi por completo. Antes existía un entendimiento que permitía actuar conjunta y eficazmente contra personajes ligados al narcotráfico o con nexos en el poder. Hoy, ese esquema parece disuelto.
Shabot señala que desde el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se ha venido debilitando la cooperación institucional con agencias estadounidenses. Esto ha generado un vacío que ahora comienza a llenarse con acciones unilaterales por parte de Estados Unidos, especialmente cuando se trata de individuos con vínculos entre el dinero y el poder.
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"Se trata, fundamentalmente, de un asunto que tiene que ver con la ruptura, la falta de comunicación y un procesos de deterioro de las propias relaciones entre México y Estados Unidos, fundamentalmente en el tema la seguridad", afirmó el periodista.
"Lo que anteriormente era colaboración entre instituciones para combatir en conjunto el crimen organizado y, por supuesto, a figuras que estuvieran ligadas desde el poder al crimen, estarían sido observadas y al mismo tiempo juzgadas, ya sea en Estados Unidos o en México, pero eso parece que no existe, esto se fue deteriorando desde le gobierno de López Obrador y hasta el momento actual", agregó.
A este clima de tensión se suma una peligrosa narrativa de confrontación. En Estados Unidos, sobre todo en sectores afines al trumpismo, se insiste en que México está dominado por el crimen organizado. En México, por otro lado, se percibe un resurgimiento del antinorteamericanismo, manifestado en actitudes hostiles hacia ciudadanos estadounidenses asentados en colonias como Roma o Condesa, donde la inversión extranjera ha generado rechazo entre sectores locales.
Según el analista, este sentimiento de rechazo al “gringo” tiene raíces históricas profundas, vinculadas a la pérdida territorial del siglo XIX. No obstante, la reactivación de este discurso, ahora con expresiones abiertamente violentas, representa un riesgo serio para la estabilidad de la relación bilateral.
En resumen, la relación México-Estados Unidos se encuentra en un punto crítico. La desconexión en materia de seguridad y el resurgimiento del discurso antinorteamericano no solo dañan la cooperación institucional, sino que podrían derivar en consecuencias más graves si no se corrige el rumbo a tiempo.