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La aprobación de la CURP con datos biométricos ha encendido las alarmas entre especialistas en derechos digitales y protección de datos en México.
Eduardo Bohórquez, director de Transparencia Mexicana, expuso en entrevista con Manuel López San Martín la falta de controles y supervisión democrática para proteger la información personal de millones de mexicanos.
Bohórquez comenzó subrayando la gravedad del tema, recordando que él mismo fue víctima de espionaje ilegal en 2015 durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. "Quienes sufrimos las consecuencias del espionaje ilegal, no podemos sino manifestarnos en contra de cualquier forma de intervención por parte del Estado que no esté soportada en una causa legal o jurídica bien establecida, que haya una razón judicial perfectamente clara y que no sea un asunto cotidiano", sostuvo.
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¿Y al Gobierno quién lo controla?
Si bien reconoció que el uso de biométricos se ha vuelto una realidad en el sector privado —como sucede con las cuentas bancarias—, el problema radica en la ausencia de controles claros por parte del gobierno. "Lo que no estuvo en la discusión es quién supervisa. ¿Cuál es el control democrático que va a tener la agencia o agencias de gobierno que operen estos sistemas de identificación biométrica?", cuestionó. Para Bohórquez, la falta de un mecanismo de vigilancia efectiva abre la puerta a abusos y vulneraciones graves a la privacidad.
El experto también enfatizó que no se trata solo de implementar tecnología avanzada, sino de establecer límites y reglas claras sobre qué puede y qué no puede saber el gobierno. "Por lo menos la interpretación que yo hago de lo aprobado no permite tener claridad sobre cuáles son los límites de la información que va a tener el gobierno de parte de cada uno de nosotros, y es un tema importante a dejar muy claro, ¿no?, qué sí puede y qué no puede conocer", advirtió.
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Otro punto crítico, según Bohórquez, es el manejo posterior de la información. Recordó que incluso en el mejor momento del Instituto Nacional Electoral (INE), partidos políticos llegaron a comercializar bases de datos de electores.
"Ese tema que también planteas, Manuel, es central. Es cómo nos aseguramos que la información no se comercialice", señaló. Y fue más allá al denunciar el rezago en la protección de datos personales en México, especialmente si se compara con Europa.
"Mientras que tú ves en Europa una protección durísima, donde tienes que autorizar qué cookies se utilizan, a quién se le transfieren esas bases de datos, quién más puede verlas, nosotros seguimos con el aviso de privacidad, que es un asunto completamente anacrónico", lamentó.