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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Óscar Balderas, periodista especializado en seguridad, tocó el tema de La Barredora: el grupo criminal ligado al exsecretario de seguridad de Tabasco, Hernán Bermúdez.
A diferencia de los viejos cárteles liderados por figuras como “El Chapo”, en este caso, el crimen organizado no asciende desde la base social, sino que nace desde las estructuras del poder político.
Según Balderas, La Barredora fue una decisión estratégica del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), pero su funcionamiento rompe con los esquemas tradicionales: “No hay un Chapo, no hay un Mencho… hay un político al frente”, afirma el periodista.
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La conexión con Hernán Bermúdez y Adán Augusto López
De acuerdo con la investigación, el grupo habría sido impulsado por Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública en Tabasco, con vínculos cercanos al exgobernador y actual aspirante presidencial, Adán Augusto López. Balderas asegura que es “muy poco probable” que López desconociera los antecedentes oscuros de Bermúdez, pues los informes militares sobre su participación en redes delictivas se generaron en el mismo sexenio morenista.
La denuncia apunta que esta red delictiva no vive del narco tradicional, sino de mercados como el robo de recursos naturales —incluyendo obras como Dos Bocas— y el tráfico de personas migrantes. La Barredora, por tanto, representa una mutación del crimen organizado: una estructura híbrida, con políticos a la cabeza y jefes de plaza al servicio del saqueo institucionalizado.
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¿Por qué La Barredora es tan peligrosa?
“La Barredora tiene por un lado servidores públicos al frente y, segundo, aprendices del cártel más violento como el CJNG”, denunció Balderas. El periodista subraya que este modelo criminal opera con impunidad gracias a un “pacto de silencio” sostenido por el poder político. Solo tras la ruptura de este acuerdo —con la llegada de Javier May al gobierno de Tabasco—, se han hecho públicas las denuncias.
¿Encubrieron los delitos en el gobierno de Adán Augusto?
Durante el mandato de López, las cifras de delitos parecían haber disminuido. Sin embargo, Balderas señala que esto podría responder a una estrategia perversa: desincentivar las denuncias ciudadanas para reducir las estadísticas oficiales. “Si denunciaban un delito… la propia fiscalía llevaba sus datos al crimen organizado”, explicó.
Hoy, el caso de La Barredora pone en entredicho no solo la seguridad en Tabasco, sino también la legitimidad de quienes protegieron o ignoraron estas redes criminales desde el poder. La fiscalía ha comenzado a investigar, pero queda claro que no fue por voluntad institucional, sino por fracturas internas en el morenismo.