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En entrevista para MVS Noticias con Manuel López San Martín, Luis Miguel González, director editorial de El Economista, habló sobre el tema: Estados Unidos adelantará la renegociación del T-MEC.
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) enfrenta una etapa crítica. A pesar de que la revisión del acuerdo estaba prevista desde su firma en 2018 mediante la cláusula de "sunset", la perspectiva ha cambiado radicalmente desde el triunfo electoral de Donald Trump en noviembre de 2024.
Durante meses, desde el gobierno mexicano se apostó por una continuidad casi automática del acuerdo, dado el buen desempeño económico y comercial en la región. Sin embargo, las declaraciones de Trump y el endurecimiento de su agenda en temas como migración, seguridad y fentanilo han alterado ese escenario.
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"Desde que llegó Trump, mejor dicho, desde que ganó Trump en noviembre del año pasado, empezaron a acumularse nubes negras. Muchas declaraciones muy fuertes, que lo primero que nos llevaron a preguntarnos es: ¿cómo habla tan mal del T-MEC si es su propia creación, si estaba tan orgulloso de lo que negoció hace ocho años?", expresó González.
Aranceles, fentanilo y presión: Estados Unidos reconfigura el T-MEC
De acuerdo con Luis Miguel González, se está configurando una propuesta de renegociación en la que Estados Unidos impone aranceles unilaterales bajo argumentos de seguridad nacional. Entre ellos se incluyen impuestos especiales al acero, aluminio y autopartes no producidas en territorio estadounidense, así como el llamado "arancel del fentanilo", con entrada en vigor el 1 de agosto.
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Estas medidas, aunque en apariencia aisladas, podrían consolidarse como parte de una nueva normalidad impuesta en la renegociación. De concretarse, México quedaría en una situación profundamente asimétrica: aceptando restricciones comerciales sin posibilidad de imponer medidas equivalentes.
"Nos preocupa que las bases de lo que él (Trump) pondría en la mesa para renegociar son todas estas excepciones en las que ha ido marcando territorio: un impuesto especial al acero y al aluminio, a los componentes que contienen acero y aluminio no hechos en Estados Unidos; un impuesto especial a autos y autopartes; y probablemente lo más delicado, es este impuesto que llama "el arancel del fentanilo", que entra en vigor el primero de agosto", señaló el director editorial de El Economista.
"¿Por qué debería preocuparnos? Si esta es la normalidad que el gobierno de Estados Unidos quiere poner en el documento, significaría para México aceptar una relación totalmente asimétrica: 'Yo te cobro a ti aranceles, pero tú no me puedes cobrar nada', aunque le sigamos llamando Tratado de Libre Comercio", agregó.
González advierte que la visión comercial que imperaba desde la firma del TLCAN en 1994 —una separación entre comercio y otros temas conflictivos como migración o crimen organizado— parece estar desmoronándose. Ahora, Washington introduce factores extracomerciales como condicionantes en la agenda trilateral.
"Lo que tenemos es una relación comercial que con frecuencia se interrumpe, se ralentiza con pretextos o realidades que tienen que ver con migración, con seguridad, con combate al crimen organizado o al lavado de dinero... Estados Unidos tiene una lista de temas en donde parecería que más que negociación, nos ven como un buzón de quejas", aseveró.
Con la revisión formal del T-MEC programada para julio de 2026, el tiempo apremia. La falta de preparación, sumada al avance unilateral de la agenda estadounidense, coloca a México en una posición vulnerable frente a su principal socio comercial.