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En entrevista para MVS Noticias con Guillermina Gómora en ausencia de Manuel López San Martín, Tonatiuh Guillén, profesor-investigador del programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM, habló sobre las declaraciones recientes de Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, quien aseguró que Donald Trump “puso fin a la crisis migrante” en la frontera entre México y Estados Unidos.
“Primero, no era una crisis migrante. Era una gran problemática social, con una población solicitante de asilo y refugio, respaldada por los derechos internacionales y las leyes de Estados Unidos”, explicó Guillén, quien hizo énfasis en que la movilidad migrante está vinculada a crisis más profundas en los lugares de origen de estas personas.
El académico recordó que tanto México como Estados Unidos experimentan una importante movilidad migrante, que ha sido forzada por la violencia y la inseguridad en diversas regiones, tales como Guerrero, Michoacán, Chiapas, Oaxaca y Zacatecas, en el caso de los mexicanos.
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“No salieron de sus lugares de origen por un sueño, sino por una expulsión debido a la violencia y la inseguridad. Esto no está resuelto”, destacó, haciendo referencia a la situación de desplazamiento forzado que aún afecta a millones de personas.
Políticas migratorias de Trump agravan crisis social y económica
En ese sentido, el gobierno de Trump, a través de medidas de militarización y restricciones legales como la suspensión de los procesos de asilo, logró un “drástico freno” a la movilidad en la frontera, lo que según Guillén, ha representado una solución desde la perspectiva de Trump, pero un gran golpe para las personas afectadas por las crisis sociales detrás de este fenómeno.
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En cuanto a los efectos económicos de las políticas migratorias de Trump, el experto mencionó que las expulsiones masivas y las restricciones a la inmigración están generando una notable escasez de mano de obra en sectores clave de la economía estadounidense, como la agricultura, la construcción y los servicios.
“Trump tenía dos grandes objetivos en materia migratoria: cerrar la frontera y expulsar a las personas. Si bien esto le ha dado resultados inmediatos, está afectando profundamente la economía estadounidense. De hecho, algunos cálculos indican que el costo económico podría ser de hasta medio punto del Producto Interno Bruto (PIB) de EE.UU. si estas políticas continúan”, advirtió.
Finalmente, el académico destacó la contradicción inherente a las políticas migratorias de Trump: “No puede crecer Estados Unidos sin inmigración, y menos si además la población que tiene dentro la está expulsando. Esta es la contradicción total”, sentenció enfatizando que, aunque la administración de Trump pueda presentar estas políticas como un éxito, la realidad es que las causas subyacentes de la migración no han sido abordadas adecuadamente.
