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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Rosalba González Loyde, consultora en desarrollo urbano, tocó el tema de ¿son suficientes y atinadas las medidas anunciadas por el gobierno de la CDMX para combatir la gentrificación?
La gentrificación se ha convertido en un tema central en el debate urbano de la Ciudad de México. Frente al reciente anuncio del gobierno capitalino sobre nuevas medidas en materia de vivienda, Loyde compartió un análisis crítico y profundo respecto a la viabilidad y suficiencia de dichas propuestas.
Desde su perspectiva, si bien el plan presentado por la administración local contiene elementos interesantes, aún hay muchas dudas sobre su implementación real. “Falta un poco más de transparencia y claridad sobre los proyectos”, comentó González, al señalar que las medidas aún no se han aterrizado completamente.
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Gentrificación no es desarrollo
González subrayó que es fundamental definir con precisión qué es y qué no es la gentrificación. “La gentrificación no es mejoramiento de una zona”, aclaró.
Según explicó, se trata de un proceso de desplazamiento: la expulsión de poblaciones de bajos ingresos ante la llegada de habitantes con mayor poder adquisitivo. “Decir que la gentrificación es positiva porque vienen actores más agradables tiene un componente de clasismo, racismo y segregación socioespacial”, enfatizó.
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¿Qué representa la participación de nómadas digitales?
Una de las aristas del fenómeno es la llegada de nómadas digitales, que representan una derrama económica positiva, pero también un factor de presión para el mercado inmobiliario. Ante ello, González plantea una pregunta clave: ¿cómo lograr que estos perfiles convivan sin expulsar a los residentes originales?
“El reto es generar condiciones en las que no se detonen procesos de expulsión. Eso sí sería positivo”, aseguró, siempre y cuando se acompañe de mejoras urbanas con inclusión.
¿Cuál es la urgencia por parte del gobierno?
Uno de los puntos que genera mayor incertidumbre es la propuesta de estabilización de rentas. González cuestiona: “¿Quién va a medir y cómo se va a medir ese índice de aumento? ¿Se aplicará en toda la ciudad o sólo en zonas tensionadas?”.
Además, destaca la urgencia de crear una institución u organismo que regule el mercado de alquiler: “Necesitamos una oficina que cuide los derechos tanto de inquilinos como de propietarios. Hoy por hoy, no sabemos quiénes rentan ni cuánto cobran”.
También señaló la alta informalidad del mercado de arrendamiento en la ciudad, lo que dificulta cualquier intento de regulación efectiva sin un marco jurídico claro.
La consultora reconoció que algunas propuestas “en papel” resultan interesantes, pero apuntó que las limitaciones normativas y de ejecución aún pesan demasiado. Sin claridad en su instrumentación, los temores ciudadanos persisten, especialmente en temas sensibles como el control de rentas y la seguridad habitacional. “Lo que queremos es evitar la expulsión. No se trata sólo de mejorar zonas, sino de proteger a quienes ya viven ahí.”
