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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Marco Antonio Baños Martínez, ex consejero del INE, profesor en la UNAM y en la Universidad Panamericana, mencionó sí la credencial del INE dejará de ser identificación oficial y será sustituida por la Curp biométrica.
Martínez advirtió que la CURP biométrica, recientemente regulada en la Ley General de Población, podría desplazar a la credencial para votar como principal documento de identidad, generando serias implicaciones políticas y democráticas.
“La CURP biométrica ya está regulada como el mecanismo de identidad universal y obligatorio, aunque el gobierno diga que es optativa”, aseguró Baños. Según el exfuncionario electoral, las leyes aprobadas recientemente —como la de eliminación de trámites burocráticos— contradicen el discurso oficial, pues en la práctica “sin ese documento no se podrán hacer trámites ni en instituciones públicas ni privadas”.
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¿Un cambio que afecta al padrón electoral?
Desde 1992, la credencial para votar ha funcionado como la principal identificación oficial en México. Sin embargo, la imposición de la CURP biométrica amenaza con debilitar este instrumento, advirtió Baños. “La gente tramita la credencial del INE principalmente porque necesita identificarse. Si ahora se le dice que la CURP biométrica servirá para ese fin, va a dejar de acudir a los módulos del INE”, señaló.
Esto, advirtió, podría provocar una desactualización del padrón electoral y, por consecuencia, una menor participación en las elecciones. “Los niveles ya son bajos; veamos lo que pasó en la elección judicial o en elecciones intermedias. Si quitamos incentivos para registrarse, el daño será mayor”, comentó.
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Además, recordó que la CURP biométrica no incluye el domicilio del ciudadano, lo que imposibilitaría una adecuada georreferenciación para organizar las elecciones. “¿Cómo se garantiza que las personas estén en el listado correcto si no actualizan su dirección con el INE?”, cuestionó.
¿Un sistema diseñado para desalentar el voto?
Baños también alertó sobre los posibles riesgos políticos detrás de este cambio. “Un grupo en el poder que considera un éxito democrático una participación del 10% parece estar construyendo un sistema que incentive a que menos personas voten”, dijo en referencia a los bajos niveles de participación en la consulta judicial reciente.
Para Baños, una solución más efectiva y menos riesgosa habría sido ampliar las atribuciones del INE para incluir la identificación de menores de edad, en lugar de duplicar funciones.