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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Leticia Bonifaz, catedrática de la Facultad de Derecho de la UNAM, contó todo sobre el rechazo de la Corte Suprema a la demanda de México contra fabricantes de armas.
Bonifaz, ofreció un análisis detallado sobre las implicaciones de la resolución de la Corte Suprema a la demanda de México. “Las armerías tienen responsabilidad sobre lo que pasa en México”, afirmó al recordar que cerca del 70% de las armas utilizadas por los cárteles mexicanos provienen de Estados Unidos.
En 2021, el gobierno mexicano presentó la demanda en una corte federal en Boston, pero tras un fallo adverso en apelación, la Corte Suprema optó por no reabrir el caso.
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¿Cuál es la postura de la catedrática?
Bonifaz lamentó la decisión, destacando que la industria armamentista estadounidense es una de las más protegidas del país, incluso por encima de sectores como el de agroquímicos. “Hay más armas que personas en Estados Unidos”, subrayó.
Uno de los argumentos clave de México fue que los fabricantes diseñan armas atractivas para grupos criminales. Sin embargo, las empresas alegaron que no pueden ser responsables del uso final de sus productos, gracias a una ley que impide rastrear la trazabilidad completa de las armas. “La Corte protegió a las armerías”, explicó la jurista, añadiendo que solo uno de los jueces consideró que la vía legal era procedente.
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Pese al revés, Bonifaz considera que el intento fue valioso: “Era una gran decisión haberlo intentado. Muchos estudiantes de derecho tendrán esta sentencia como referencia”.
¿Cuáles son las otras alternativas?
Para Bonifaz, aún hay otros caminos. La diplomacia, el trabajo conjunto entre congresistas y nuevas acciones jurídicas podrían ser rutas viables para que México continúe presionando por justicia. “Lo más preocupante es que, cada vez que se plantea el tema, ellos responden que las armas se combaten con más armas. Es la historia de nunca acabar”.
Actualmente, hay otra denuncia en curso en Tucson, Arizona, que también busca responsabilizar civilmente a fabricantes de armas. El desenlace de ese proceso podría marcar un nuevo precedente.
Leticia concluye con un llamado a la reflexión: “Estados Unidos ni siquiera se responsabiliza de las masacres escolares que ocurren con esas mismas armas. ¿Cómo esperábamos que vieran a México con otros ojos?”.
