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En su colaboración para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Jorge Andrés Castañeda, fundador de Kairós Consultores, habló del paso de Elon Musk en el gobierno de Donald Trump.
La incursión de Elon Musk en la política estadounidense expuso los límites del empresariado al intentar trasladar modelos del sector privado al gobierno.
Su breve paso como asesor dentro de la administración republicana terminó en confrontaciones con múltiples facciones del propio gobierno, desde conservadores tradicionales como Marco Rubio hasta sectores ultraderechistas en materia migratoria. Intentó implementar una lógica empresarial de eficiencia y recortes, pero se encontró con estructuras institucionales rígidas, conflictos internos y un entorno mediático adverso que lo puso en el centro de la tormenta.
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"Sí hay un problema con el presupuesto de Estados Unidos, el déficit es gigantesco. Se disparó con Biden, subió muchísimo, y la deuda es una locura. Sí hay que hacer recortes en el gasto en Estados Unidos importantes, pero él (Elon Musk) se fue por lo mediático, los ataques a USAID", afirmó Castañeda..
Rodeado de jóvenes expertos en datos, Musk impulsó auditorías al gasto público, revelando irregularidades como pensiones pagadas a personas supuestamente centenarias, aunque los resultados fueron limitados. Su visión de un gobierno "más eficiente" chocó con la realidad del sistema burocrático.
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"Parte de las razones por las que sale es porque la propuesta de presupuesto, él dijo que no estaba de acuerdo, porque tenía demasiado gasto y él entró ahí para arreglarlo", señaló el fundador de Kairós Consultores.
El mal manejo de relaciones públicas, su constante exposición en redes y el deterioro de la imagen pública de Tesla generaron tensiones con accionistas que exigieron desvincular sus ambiciones políticas de sus negocios.
México busca inversión con el “Plan México”, pero la desconfianza persiste
Mientras tanto, del otro lado de la frontera, México enfrenta un entorno económico marcado por la incertidumbre tras la victoria de Claudia Sheinbaum. Según el análisis de "México, ¿Cómo Vamos?", la concentración del poder legislativo en Morena ha generado desconfianza entre inversionistas, estancando la inversión privada, clave para el crecimiento económico.
El llamado “Plan México” busca revertir la tendencia apostando por la coinversión público-privada y la integración a las cadenas globales de valor. Sin embargo, la falta de recursos públicos tras un gasto elevado en proyectos emblemáticos y programas sociales en años anteriores limita el margen de acción del gobierno entrante. La inversión pública ha disminuido, y la privada se encuentra a la expectativa, frenada por dudas en torno al sistema judicial y la certidumbre jurídica.
A esto se suma el contexto internacional adverso. Las tensiones comerciales impulsadas por Donald Trump, el endurecimiento migratorio y la competencia tecnológica y energética con China colocan a México en una posición delicada. El nearshoring, antes presentado como una oportunidad histórica, ha perdido fuerza frente a señales de falta de infraestructura, energía confiable y reglas claras para los inversionistas.
Con un sector empresarial cauteloso y un entorno institucional en transformación, tanto en EE.UU. como en México se hace evidente que el talento empresarial no garantiza éxito político, y que la estabilidad económica depende de condiciones estructurales, más allá de discursos optimistas o planes ambiciosos.
