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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Carolina Gil, titular de MVS Noticias en Puebla, mencionó el tema de Gabriel Mijaíl, el rumano que “usa su energía” para curar dolencias y enfermedades en Puebla.
Desde el pasado 4 de mayo, una figura inusual ha captado la atención de cientos de personas en el corazón de Puebla. Se trata de Gabriel Mijaíl, un ciudadano rumano que asegura curar enfermedades, donde su presencia comenzó de manera modesta, sentado en una banqueta frente al Edificio Carolino, con un letrero que decía: “Curo con energía”.
Según relató Gil, en sus primeros días apenas se acercaron unas 10 personas. Pero poco a poco, la noticia corrió de boca en boca, hasta que las filas de interesados comenzaron a ser de cientos. La popularidad fue tal, que Gabriel tuvo que mudarse a una plaza más amplia, el Paseo Bravo, para evitar problemas de movilidad.
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¿Cuál es el ingreso diario de Gabriel Mijaíl?
Actualmente, Mijaíl atiende a 40 personas al día, de martes a domingo, en sesiones de aproximadamente 20 minutos. Aunque no cobra por su servicio, cada persona puede darle una cooperación voluntaria.
“De 40 personas con 50 pesos diarios, son dos mil pesos por día”, explicó Gil. Además, el curandero ya tiene dos personas que se encargan de su agenda, la cual está llena hasta agosto.
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Los testimonios que han contribuido a su creciente fama hablan de alivio en dolores articulares, tobillos, piernas e incluso mejoras en casos más complejos como tratamientos oncológicos. Lo que impulsa su éxito es, en gran parte, la fe y la esperanza de quienes lo buscan.
¿Cuál es el método para curar a las personas?
Gabriel no se presenta como médico ni especialista en salud. “Él dice que cura a través de la energía y las manos”, subrayó Gil. Esto ha hecho que no incurra en ninguna falta legal, ya que no cobra tarifas fijas ni ofrece un diagnóstico formal. Las autoridades locales se han acercado a él, no para sancionarlo, sino para proponerle regularizar su actividad.
Aunque muchos podrían verlo como un simple fenómeno viral, la historia de Mijaíl se ha vuelto un símbolo de cómo la fe y la búsqueda de alternativas pueden generar una comunidad de apoyo alrededor de una figura inesperada. Incluso han llegado personas de otros estados del país, e incluso estadounidenses, para recibir una de sus famosas sesiones.
Gabriel Mijaíl ya es parte del paisaje del Paseo Bravo, en el centro de Puebla. Como dice Carolina Gil: “La curiosidad de la gente y la esperanza de encontrar una ayuda alternativa lo han convertido en un referente”.