ENTREVISTAS MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN

Elección Judicial: 'La mayoría de las personas no tiene idea de quiénes son los candidatos'

Luis Carlos Ugalde alerta sobre la falta de legitimidad y el uso político del “pueblo” en la elección de jueces.

Votar sin saber: la peligrosa farsa de la elección de jueces.
Votar sin saber: la peligrosa farsa de la elección de jueces.Créditos: Cuartoscuro.
Escrito en ENTREVISTAS el

Audio relacionado

Su navegador no soporta la reproducción de audio por HTML 5
Entrevista a Luis Carlos Ugalde

A pocos días de celebrarse una inédita elección judicial en México —donde, por primera vez, la ciudadanía podrá votar directamente por jueces y magistrados— crecen las voces que cuestionan tanto la legalidad como la legitimidad del proceso. Aunque desde el gobierno se promueve como un acto democratizador sin precedentes, especialistas advierten que se trata más bien de una simulación electoral que podría terminar minando la confianza ciudadana en las instituciones de justicia.

En entrevista con Manuel López San Martín para MVS Noticias, Luis Carlos Ugalde, director general de Integralia Consultores, trazó un panorama crítico sobre lo que está por venir este domingo. Ugalde no sólo señala las inconsistencias estructurales del proceso, sino que advierte que se trata de un ejercicio profundamente manipulado, con escasa información y alto nivel de coacción electoral.

“Esta elección es una burla al pueblo”

Desde el inicio de la conversación, Ugalde plantea un contraste preocupante: aunque a primera vista puede parecer positivo que se consulte al pueblo, la falta de condiciones mínimas para un voto informado convierte esta elección en un ritual vacío.

“La mayoría responde ‘me parece un buen gesto que me den la oportunidad de elegir jueces’, pero en realidad no hay manera de ejercer el voto de manera responsable. No hay campañas reales, sólo redes sociales, donde los candidatos tienen 43 likes, 120 likes… no son influencers. Entonces no hay campañas, no hay información, no hay interés, y por lo tanto votar de manera informada es imposible.”

Ugalde va más allá y plantea que, paradójicamente, no participar también puede ser un acto democrático, como una forma de rechazo a una reforma judicial que califica de perjudicial.

“Simpatizo con la postura de que no votar es una manera democrática de rechazar una reforma judicial que es perjudicial y nociva. La posibilidad de hacer una diferencia es muy, muy poca, porque hay un problema de coordinación, de acción colectiva. Del otro lado, ya hay acordeones circulando en redes sociales muy claros sobre a quién apoyar. El gobierno ya tiene su maquinaria aceitada.”

Participación baja, mensaje político alto

El analista político también pone en duda la legitimidad que el gobierno pretende conferir a través del voto ciudadano. Aunque se ha manejado el argumento de que “es mejor que lo elijan miles a que lo elijan 128 senadores”, Ugalde subraya que una participación por debajo del 10% sería catastrófica para cualquier proceso serio.

“Cualquier cosa por debajo del 10% va a ser algo catastrófico para el proceso electoral. El gobierno lo va a vender como algo inédito y culpará a los conservadores y medios de comunicación por la baja participación, pero si de verdad esto fuera un mandato popular como se dice, entonces deberíamos ver 36 millones de personas saliendo a votar, como cuando eligieron a la presidenta Sheinbaum. Si no pasa eso, es que hubo arrepentidos o no votaron por esto.”

La elección más comprada e inducida de la historia

Uno de los señalamientos más fuertes de Ugalde es que esta elección será —proporcionalmente— la más manipulada en la historia democrática del país. A diferencia de otras jornadas comiciales, aquí la movilización forzada por parte de estructuras gubernamentales será dominante.

“La mayor parte del voto va a ser voto movilizado, comprado, pagado, condicionado. Yo calculo que el 80% de los votantes serán movilizados por los gobiernos, por sindicatos. En condiciones de normalidad democrática, esta elección no tendría que ser válida. Ya vemos acordones, estructuras, movilizaciones. No tendría que ser así.”

El pueblo como pretexto

Finalmente, Ugalde denuncia una contradicción ética de fondo: se ha usado al “pueblo” como justificación de la reforma, pero en realidad es una élite política la que terminará decidiendo.

“Esta elección es particularmente nociva porque se está burlando del pueblo, a quien siempre se pone como justificación de los actos del poder. No es el pueblo el que va a elegir a sus jueces, sino un grupo de líderes políticos. Es una humillación al pueblo. Sólo demuestra que lo estás usando para hacer cosas que te convienen políticamente.”