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En su colaboración para MVS Noticias con Ana Francisca Vega, Jovita Manrique regresa con su famoso "molito": un platillo lleno de sabor, chisme y buena vibra, donde mezcla desde la política nacional hasta las caricaturas de los 80.
El molito que pica y critica: así es el sazón de Jovita Manrique
Hay chismes que arden… y luego está el molito de Jovita Manrique, que arde sabroso, pero también hace pensar. Esta querida personaje de la radio, que se ha convertido en voz del pueblo con su estilo único, regresa con su tradicional molito: una mezcla deliciosa de anécdotas, críticas, cultura pop y uno que otro regaño que cae como tortilla en comal caliente.
Como ella misma dice:
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"Hay de chismes a chismes, pero un chisme con molito a nadie se le niega".
Doña Jovita llega energética, "rejuvenecida, cargada de minerales", lista para echarnos en la olla desde las metidas de pata de alcaldes hasta lo último en política vaticana y televisión venezolana. ¡Sí, todo cabe en un molito sabiendo guisar!
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Entre cucharadas de molito y cucharadas de verdad
En su más reciente edición, Jovita se lanzó con todo al alcalde de Neza, Adolfo Cerqueda, quien en un concierto gratuito dijo con todas sus letras que lo hacía porque “la gente no tiene la posibilidad de pagar un boleto”.
“¡Sópale! ¿Qué tal?”, exclama Jovita, mientras le recuerda al edil que los conciertos no salen del “cochilito” personal, sino de los impuestos de todos.
Pero ahí no paró. También se echó un buen taco de lengua con lo que se dijo en la televisión venezolana sobre el Papa Francisco.
“...ahí va el Papa en su Batimóvil. ¡El Batimóvil!”, se ríe doña Jovita.
Y como no podía faltar, hasta Donald Trump se coló al molito con su ocurrencia de que le gustaría ser Papa.
“Imagínate, aranceles hasta en la comunión”, suelta Jovita con picardía.
Nostalgia, risas y crítica social: el sazón de la abuela que todos quisiéramos
Jovita también nos lleva por un viaje a la infancia: Kalimán, la Señorita Cometa, la familia Robinson, los Picapiedra, y esos comerciales que solo los que crecimos en los 80 y 90 recordamos con cariño (y con cereal en mano).
“Ahora ya los niños no conocen qué es eso. Ya puro Netflix, órale, todo corrido”, lamenta con un guiño.
