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En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Laura Coronado, abogada y especialista en cultura digital, habló sobre el horror de los chinos esclavizados en Myanmar para hacer ciberestafas.
Coronado compartió detalles sobre cómo el crimen organizado ha expandido sus operaciones a través de engaños y manipulación de personas, que son obligadas a trabajar en granjas de fraude electrónico, sin ningún tipo de libertad ni posibilidad de escapar.
¿Cómo son reclutados en Myanmar?
La especialista explicó cómo estos individuos son reclutados a través de promesas de trabajos atractivos, como intérpretes o técnicos, lo que termina siendo una trampa mortal. “Les ofrecen trabajos muy atractivos, como el de trabajar en un restaurante o realizar doblajes de películas. Les prometen un sueldo decente, pero una vez que llegan, les quitan su pasaporte y los fuerzan a trabajar en condiciones de esclavitud”, señaló Coronado.
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Un aspecto escalofriante de esta situación es el sistema de deuda que emplean los traficantes. “Les dicen que deben dinero, mucho dinero, y que no podrán irse hasta que lo paguen. Es un ciclo interminable de explotación”, relató Coronado. Esta es solo una de las muchas tácticas que utilizan los traficantes en Myanmar, quienes no solo explotan a sus víctimas en el trabajo forzado, sino que también las extorsionan o, en el peor de los casos, las venden para tráfico de órganos.
¿Hay venta de órganos en Myanmar?
Además de las ciberestafas, la venta de órganos se ha convertido en una realidad dolorosa en este país. “En Myanmar, hay incluso tráfico de órganos. Si no puedes trabajar, tu vida corre aún mayor peligro”, añadió la especialista. Esto ha llevado a que más de 250 mil personas hayan caído en este tipo de redes en los últimos años, según datos de la ONU.
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El panorama en Myanmar es desolador, un país marcado por la violencia y la falta de democracia. Coronado explicó que, a pesar de ser una nación rica en recursos, Myanmar se enfrenta a un gobierno militar opresivo que ha sumido a su pueblo en la pobreza y el temor constante. “Es un territorio violento, donde las personas se normalizan a la violencia. Hay familias que viven bajo la constante amenaza de perder a un ser querido, ya sea por trabajo forzado, extorsión o tráfico de órganos”, relató Coronado.
En cuanto a los chinos esclavizados en Myanmar, Coronado indicó que el concepto de fraude cibernético ha cambiado radicalmente. La información ya no solo se maneja a través de correos electrónicos fraudulentos, sino que se utilizan personas secuestradas o explotadas para realizar estafas electrónicas masivas. “Lo que no sabemos es que esos clics que damos, esos correos que recibimos con promociones o felicitaciones, están siendo manipulados por personas que ni siquiera conocemos”, explicó.
Finalmente, la experta subrayó la necesidad urgente de armonizar las leyes internacionales para que las acciones delictivas que ocurren en un país tengan las mismas consecuencias en todos los lugares del mundo.
Los chinos esclavizados en Myanmar son una realidad aterradora que ha dejado una marca profunda en la sociedad global. Las víctimas de estas redes de tráfico y explotación humana enfrentan una vida de sufrimiento y miedo, mientras que los perpetradores continúan operando bajo la sombra de la impunidad.