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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, hoy Yohali Reséndiz en ‘Periodismo a toda prueba’ nos presentó su investigación, sobre los médicos veterinarios que protestan para exigir seguridad en el desempeño de su labor.
En México, los médicos veterinarios enfrentan una creciente ola de violencia y acoso que pone en riesgo su seguridad y su profesión. Casos recientes, como el asesinato del veterinario Héctor Hernández Cañas en Tultepec, han encendido las alarmas en el gremio, que exige protección y regulación ante las agresiones.
"Nuestra profesión se ha visto afectada por gente radical animalista que, por medio del acoso en redes sociales, denigran y destruyen el trabajo de los profesionales", denunció Aida Álvarez, representante del Colegio de Médicos Veterinarios Zootecnistas de México, en entrevista para Periodismo a Toda Prueba.
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Casos de violencia contra veterinarios
Los ataques contra médicos veterinarios no son aislados. En los últimos años, se han registrado varios episodios de agresiones físicas y amenazas:
- 2018: Miguel Holguín fue asesinado en Torreón, tras ser acusado de envenenar perros callejeros.
- Diciembre 2023: En Puebla, los dueños de un perro atropellado golpearon al veterinario que intentó salvarlo.
- Febrero 2024: Héctor Hernández Cañas fue apuñalado por los dueños de una perrita que falleció tras una cirugía. Previamente, había denunciado extorsiones de hasta $50,000 pesos y amenazas de linchamiento mediático.
Además de la violencia física, el acoso en redes sociales ha provocado daños en la salud mental de los veterinarios. Algunos casos han derivado en depresión y suicidio, una problemática que preocupa al sector.
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"La violencia es un signo de nuestros tiempos y erradicarla requerirá un trabajo conjunto para una sociedad respetuosa, donde las leyes protejan a las víctimas", afirmó Álvarez.
Exigen protección y regulación legal
Ante este panorama, el gremio veterinario ha iniciado un acercamiento con legisladores para impulsar leyes que regulen el acoso cibernético, la extorsión y los ataques físicos.
En la Ciudad de México ya se han dado los primeros pasos en este sentido, con mesas de trabajo para garantizar la seguridad de los profesionales. Sin embargo, aún falta una legislación nacional que frene la violencia y proteja a quienes ejercen esta labor fundamental para la salud pública y el bienestar animal.
El llamado de los veterinarios es claro: es necesario detener la violencia antes de que cobre más vidas.