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El sistema de chinampas de Xochimilco —un paisaje agrícola con más de mil 500 años de historia— es un territorio vivo, cultural y ecológicamente invaluable, cuyo potencial podría incluso aliviar parte de la crisis alimentaria de la Ciudad de México.
Expertos de la UNAM, junto con chinamperos locales, encabezan un esfuerzo de restauración que busca no sólo recuperar prácticas agrícolas tradicionales y sostenibles, sino también salvar al ajolote mexicano, especie endémica en grave peligro.
Para conocer el estado actual del proyecto, Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM y uno de los principales responsables de la iniciativa, explicó en entrevista cómo ha evolucionado este trabajo y por qué Xochimilco merece ser visto como un tesoro vivo.
Un territorio ancestral con potencial alimentario para la capital
Zambrano recordó el valor cultural y productivo de Xochimilco, insistiendo en que su importancia va mucho más allá del folclor turístico:
“De repente lo vemos como un lugar pues de pachanga, de fiesta, y en realidad es un lugar ancestral, tiene más de 1,500 años. Lo deberíamos de ver como la pirámide del Sol más o menos, nada más que vivo, no en piedras.”
El investigador subrayó que la chinampería, bien trabajada y sin agroquímicos, tiene un potencial enorme para la ciudad:
“Xochimilco, bien trabajado, podría darle entre el 15 y el 20 por ciento de al comer a toda la Ciudad de México, como para que viéramos el potencial de ese lugar.”
El crecimiento del proyecto: de seis chinampas a un movimiento en expansión
El proyecto inició de forma modesta, con apenas cinco o seis chinamperos. Hoy, el número se ha multiplicado.
“Empezamos con esos 5 o 8 chinamperos y ahorita ya estamos cerca de 40 chinamperos en los cuales estamos trabajando en conjunto.”
La meta no sólo es recuperar la producción tradicional, sino fortalecer un modelo sostenible capaz de funcionar sin pesticidas ni fertilizantes químicos.
Zambrano explicó cómo se desarrolló el concepto de “chinampa refugio”, donde se cultiva sin agroquímicos y al mismo tiempo se mantienen condiciones óptimas para el ajolote:
“Buscamos justamente lo contrario [a los pesticidas y transgénicos], una chinampería tradicional con tecnología actual.”
Chinampas y ajolotes: una relación directa para la supervivencia
El ajolote mexicano (Ambystoma mexicanum) únicamente existe de forma natural en Xochimilco. Su situación es delicada y su población ha caído drásticamente en las últimas dos décadas.
“Hemos visto cómo ha caído su población en los últimos 20 años de manera espectacular, por la introducción de especies exóticas como la carpa, la tilapia, los lirios, por la contaminación del agua y por esa urbanización que es compleja.”
Zambrano advirtió que la pérdida del ecosistema también se vincula con actividades que pasan inadvertidas:
“No sólo es lo que uno se imagina de casas… sino también esta urbanización más incómoda, como las canchas de fútbol o los antros que en las noches se ponen en Xochimilco, que hacen mucho ruido y generan mucha basura.”
La restauración de chinampas tiene un efecto directo en la recuperación del ajolote:
“Si contaminamos, si le introducimos carpas y tilapias, baja mucho. Si volvemos a la chinampería, empieza otra vez a recuperarse la población de ajolotes.”
El censo actual aún está en proceso, por lo que Zambrano adelantó que los resultados llegarán pronto: “Dame tres meses y te digo.”
Una campaña abierta: adopta un ajolote o una chinampa
Para quienes quieran participar en la conservación, la UNAM mantiene activa la campaña “Adopta un Ajolote”, una iniciativa que permite apoyar económicamente la restauración y, al mismo tiempo, obtener una adopción virtual de un ejemplar.
“Pueden adoptar un ajolote de manera virtual, pueden adoptar una chinampa de manera virtual… y ahora que se acercan las fiestas navideñas… pueden regalar una adopción virtual de ajolote a la persona que más quieran.”
Zambrano detalló que el donador recibe un certificado con la información del ajolote y, en casos de adopciones superiores a seis meses, incluso puede visitarlo:
“Es un ajolote que tenemos aquí en el laboratorio… le vamos a mandar la información, el certificado de adopción, si es macho, si es hembra… y lo puedes ir a visitar si la adopción es de más de seis meses.”
La campaña está disponible en restauracionecologica.org, donde además se explica cómo se destinan los recursos: directamente a chinamperos e investigaciones en curso.
