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La primera reunión cara a cara entre la presidenta Claudia Sheinbaum y Donald Trump, ocurrida durante el sorteo del Mundial 2026, fue más que una simple postal diplomática. Así lo planteó Rafael Fernández de Castro, director del Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California en San Diego, en entrevista con Ana Francisca Vega, al destacar que el encuentro llega en un momento clave para la relación bilateral y en medio de la revisión del T-MEC.
Fernández de Castro subrayó que la reunión generó un ambiente político inusualmente favorable y, sobre todo, estratégico para México ante un 2026 que pinta “brutal” por deportaciones, tensiones comerciales y el proceso electoral en Estados Unidos. “Es un viaje muy importante, una foto muy importante”
Para Fernández de Castro, la decisión de Sheinbaum de viajar para encontrarse con Trump fue acertada, no solo por el contexto del sorteo mundialista, sino porque ofrece una dinámica distinta entre ambos líderes:
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“A mí me parece que es un viaje, yo te diría, muy importante, una foto muy importante… Yo siempre he sido muy escéptico en las reuniones en persona con Trump, porque es meteórico, porque nunca sabes con qué te va a salir.”
El analista recordó además que, aunque la relación entre ambos ha sido intensa vía telefónica —“yo le he contado 15 llamadas, lo cual son muchas” — el contacto presencial tiene un peso diplomático imposible de reemplazar.
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Reunión Sheinbaum–Trump 2025: contexto, riesgos y oportunidad diplomática
Fernández de Castro explicó que la presidenta eligió un escenario cuidadosamente diseñado para minimizar el riesgo de un exabrupto por parte de Trump. El expresidente estadounidense se encontraba particularmente receptivo por haber recibido un reconocimiento de la FIFA, lo que generó un ambiente más amable.
El investigador celebró que ese primer encuentro haya ocurrido fuera de los espacios tradicionalmente tensos, como la Casa Blanca: “Qué buena ocasión en visitar a Trump, ya nadie puede decir que no se conocieron personalmente… y vamos a ver si es bilateral o trilateral.”
Destacó que Canadá llega con más pendientes y fricciones con Estados Unidos, pero que el foco inmediato debe ser aprovechar la visibilidad positiva que trae consigo la organización del Mundial 2026:
“Hay que perseguir el Mundial. América del Norte estará en la mira del mundo… Espero que salgan narrativas positivas de América del Norte.”
La presencia física importa: las conversaciones “en corto”
Fernández de Castro coincidió con Vega en que, por más llamadas telefónicas que existan, la diplomacia presencial genera otro tipo de entendimiento:
“Eso realmente es un parteaguas… Lo que hay que explicarle al público es que se está redefiniendo la arquitectura internacional. Estados Unidos está renunciando a ser líder; trae una competencia brutal de China… Si no vamos, simplemente no contamos.”
El académico resaltó que México, como una de las economías más grandes del mundo, debe estar presente en los foros internacionales para asegurar su peso político.
Entre T-MEC, deportaciones y elecciones: lo que viene para 2026
Fernández de Castro advirtió que el próximo año será especialmente complejo para la relación bilateral y para los mexicanos en Estados Unidos:
“Viene un año brutal… van a ser las deportaciones, la maquinaria se va a echar a andar. Es un año fundamental en la relación bilateral y un año de revisión del T-MEC.”
