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Los recientes hechos registrados fuera del estado, incluida la Ciudad de México, confirman que el conflicto entre facciones del Cártel de Sinaloa se ha expandido y exhibe profundas fallas en la estrategia de seguridad del Estado mexicano. Así lo advirtió Alberto Baena, consultor especializado en política de seguridad, durante una entrevista en MVS Noticias, donde ofreció un diagnóstico crítico sobre el origen, la evolución y las consecuencias de esta crisis.
Crisis de seguridad en Sinaloa evidencia fracaso del Estado y ausencia de inteligencia
Para Alberto Baena, el punto de partida para entender la violencia en Sinaloa es reconocer la naturaleza del fenómeno. No se trata únicamente de grupos delictivos tradicionales, sino de estructuras complejas con múltiples fuentes de operación.
“Tenemos que empezar a analizar este tema donde estas empresas criminales, porque no les podemos llamar de otra manera, diversifican su modus operandi desde diferentes aristas, ya sea tráfico de drogas, extorsión, armas”, explicó.
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El consultor subrayó que, de confirmarse hechos violentos vinculados a estos grupos fuera del estado, como ejecuciones en la Ciudad de México, queda claro que el conflicto ya no es regional.
“Sin duda te demuestra que esto es un conflicto que se ha extendido ya a nivel nacional y que se explica obviamente desde el fracaso que ha venido teniendo el Estado mexicano, no solamente en temas de seguridad, sino también en prevención”, señaló.
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Baena cuestionó la idea de que el despliegue de fuerzas federales sea sinónimo de seguridad y puso como ejemplo el reciente fin de semana violento en Sinaloa, donde se registraron múltiples asesinatos.
“Pensar que el amontonamiento de fuerzas federales en un territorio significa dar una certeza de seguridad es un error”, sostuvo, al tiempo que advirtió que no existe una estrategia integral de inteligencia interinstitucional ni financiera para debilitar a estos grupos.
En ese sentido, insistió en que atacar las finanzas del crimen organizado es clave para frenar su operación.
“Desde la parte financiera es fundamental, porque desde ahí les cortas los lujos y empiezan a minar las operaciones”, afirmó.
Frivolidad política, ciudades fantasma y daño profundo a la vida cotidiana
Baena también lanzó una dura crítica a la actuación del gobierno estatal, particularmente al gobernador de Sinaloa, a quien acusó de minimizar la gravedad de la crisis.
“Preocupa la frivolidad con la cual aborda este tema”, dijo, al considerar que el mandatario ha actuado más para sobrevivir políticamente que para recuperar el control del estado.
Incluso fue más contundente al afirmar: “Es un cadáver político y hay que señalarlo”, al tiempo que aseguró que el estado fue entregado al crimen organizado y que la intervención federal llegó de manera tardía y fragmentada.
Las consecuencias, advirtió, ya son visibles en la vida diaria de la población. Culiacán, dijo, se ha transformado en una ciudad fantasma, mientras que Mazatlán, uno de los principales destinos turísticos del país, enfrenta una severa caída económica.
“Culiacán se ha convertido en una ciudad fantasma (…) Mazatlán ha dejado de pensarse como un lugar atractivo para vacacionar”, señaló.
Más allá de las cifras de homicidios, Baena puso énfasis en el impacto social y psicológico que deja más de un año de violencia continua.
