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En entrevista para MVS Noticias con Sheila Amador en ausencia de Luis Cárdenas, Jorge Bravo, presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI), habló sobre Estados Unidos y México unen fuerzas contra los ataques criminales de drones en la frontera.
El uso de drones por parte del crimen organizado se ha convertido en una amenaza creciente para la seguridad nacional y las relaciones internacionales, especialmente en zonas fronterizas. Así lo advirtió Jorge Bravo, presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI), quien explicó los riesgos, vacíos legales y la urgencia de una regulación en México frente a esta tecnología.
Falta de regulación permite que drones sean usados por el crimen organizado
Bravo señaló que en el país no existe actualmente una legislación integral que regule el uso de estos dispositivos. “No existe en México una regulación de drones, y es una de esas tecnologías que ofrecen muchos beneficios, pero también tienen un lado oscuro”, afirmó. Destacó que, si bien pueden utilizarse en actividades como la agricultura o incluso para salvar vidas mediante el traslado de órganos, también han sido adoptados por la delincuencia organizada como herramientas de vigilancia y ataque.
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El especialista explicó que los grupos criminales suelen estar a la vanguardia tecnológica. “La delincuencia organizada siempre está a la vanguardia de usar las tecnologías más avanzadas, en este caso para hacerle daño a la sociedad”, dijo. Añadió que estos aparatos son cada vez más accesibles: “Es una tecnología sumamente barata, la puedes comprar en aeropuertos, en tiendas, incluso te regalan drones si abres una cuenta bancaria”.
Del entretenimiento a la violencia: cómo los drones se usan como armas
Uno de los principales focos de preocupación es el uso de estos dispositivos como armas. Bravo advirtió que los criminales los emplean como munición: “Los utilizan para vigilar sus territorios o incluso como armas; dejan caer el dron sobre sus blancos y dañan o hacen perder la vida de las personas”. Esta situación resulta especialmente delicada en las fronteras, ya que se trata de tecnologías que pueden controlarse a distancia, vía internet o satélite, lo que permite atentar contra la seguridad nacional tanto de México como de Estados Unidos.
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En este contexto, el presidente de la AMEDI explicó que no solo los grupos criminales usan esta tecnología, sino que a nivel global los drones se han convertido en una herramienta clave en conflictos armados. “La tecnología de la guerra más reciente se llama drones”, afirmó, al citar ejemplos como Turquía, Rusia, Ucrania e Irán, países que han desarrollado industrias militares especializadas en estos sistemas. Estados Unidos, agregó, también es una potencia en este ámbito, con dispositivos que alcanzan dimensiones similares a las de aviones de combate.
El papel de los drones en la sociedad
Ante este panorama, Bravo subrayó la necesidad urgente de una regulación clara en México. Explicó que se pueden establecer límites sobre dimensiones, tamaños, distribuidores autorizados y espacios aéreos restringidos. “Todo mundo entiende que un dron no puede estar volando cerca de aeropuertos o casas presidenciales”, señaló, y añadió que las fronteras deberían considerarse también zonas de restricción, aunque con la posibilidad de que los gobiernos utilicen drones de forma legal para vigilar el cruce irregular de personas.
Otro punto clave es el avance de la inteligencia artificial. Bravo alertó sobre los riesgos de permitir sistemas autónomos sin supervisión humana. “Un dron puede matar por sí mismo si se le permite que sea un arma autónoma”, advirtió, recordando que la ONU busca prohibir este tipo de armamento, aunque algunos países se resisten.
Finalmente, el especialista recalcó que México, aunque no desarrolla esta tecnología, no está exento de sus consecuencias. “Somos consumidores de tecnología, incluso la militar, y eso no impide que los grupos criminales, con gran poder financiero, adquieran drones para cometer actos que escalan el nivel de violencia y le dan tintes de terrorismo”, concluyó. El desafío, dijo, es aprovechar los beneficios de los drones sin permitir que su lado oscuro ponga en riesgo a la sociedad y la seguridad nacional.
