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En entrevista para MVS Noticias con Ana Francisca Vega, Javier Oliva, profesor investigador de la UNAM y experto en seguridad, analizó el creciente intercambio de inteligencia entre Estados Unidos y México para prevenir posibles ataques con drones en la frontera. Este fenómeno se suma a la preocupación por el narcotráfico, donde el fentanilo se ha convertido en una “arma de destrucción masiva”.
“El Departamento de Estado declarará a seis organizaciones mexicanas como terroristas internacionales”, aseguró Oliva, al señalar que esta decisión subraya la relevancia del narcotráfico en la política exterior estadounidense. Se prevé que esta medida tenga un impacto significativo en la relación bilateral.
El narcotráfico como herramienta geopolítica
Oliva destacó que el tráfico de drogas ha sido utilizado como un instrumento para ejercer presión sobre gobiernos de América Latina.
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“Este cambio de enfoque en la política de seguridad de Estados Unidos ha llevado a una mayor atención hacia el continente americano”, explicó.
En su análisis, el especialista también recordó cómo, a lo largo de la historia, los enemigos de Estados Unidos han ido cambiando, con los narcotraficantes como el nuevo foco de atención. “De 1945 a 2001 eran los comunistas; de 2001 a 2024, los terroristas, y ahora son los narcotraficantes”, afirmó.
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Este incremento en la vigilancia y la cooperación entre México y Estados Unidos sugiere que ambos países están adoptando medidas coordinadas para enfrentar amenazas emergentes. Sin embargo, Oliva expresó su preocupación ante un posible escenario de intervención: “No debemos descartar la posibilidad de operaciones encubiertas, pero una intervención militar abierta sería desastrosa para la región”.
La incertidumbre en la política de seguridad
La reciente retórica sobre una posible intervención directa en países como Venezuela ha encendido las alertas. Oliva enfatizó la necesidad de cautela y prudencia: “Las intervenciones suelen desencadenar conflictos prolongados. Es vital que las operaciones se planifiquen con precisión para evitar escenarios caóticos”.
La interacción entre Estados Unidos y México en materia de seguridad es hoy más relevante que nunca. La historia ha demostrado que las decisiones del presente pueden derivar en consecuencias difíciles de prever.
Como concluyó Oliva, “hay que estar atentos a cómo se desarrollen estos acontecimientos, ya que el futuro de la política de seguridad en América Latina está en juego”.