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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Carmen Herrera, abogada explicó cómo el Estado Mexicano fue responsable de la violación, lesiones y muerte de Ernestina Ascencio Rosario de la Corte IDH.
La determinación del tribunal exige la reparación integral para la familia de la afectada.
Herrera compartió su reacción: "Estamos muy contentos con la sentencia, es el resultado de una larga lucha por la verdad y justicia para doña Ernestina". Los relatos sobre la grave violación de derechos humanos son un claro llamado de atención sobre la efectividad del sistema de justicia en el país.
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Desaparición de pruebas y el camino hacia la verdad
El caso de Ascencio es un ejemplo de cómo el sistema a menudo falla en proteger a los más vulnerables. "Las pruebas de la violación fueron borradas por intervención de autoridades", explicó Herrera.
A pesar de los obstáculos, la abogada y su equipo han trabajado incansablemente para dar luz a un caso que durante años estuvo sumido en la oscuridad. "La opacidad y el desprecio hacia las mujeres indígenas es un mal latente en nuestra sociedad". acotó.
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Estas palabras de Herrera reflejan la realidad a la que se enfrentan muchos en México, donde las estructuras de poder a menudo refuerzan la impunidad.
Esperanza de cambio por el caso Ernestina Ascencio
La sentencia de la Corte Interamericana no solo señala la culpa del Estado, sino que también ofrece una oportunidad para transformar el acceso a la justicia para las comunidades afectadas.
"El Estado tiene la oportunidad de honrar su compromiso con los pueblos indígenas y las mujeres", insistió Herrera, mostrando que a pesar de los desafíos, hay un camino hacia la reparación. Sin embargo, queda un largo camino por recorrer.
La Corte ha dado un año al Estado Mexicano para que cumpla con las disposiciones. La expectativa es que se reabran las investigaciones y se identifique a los responsables del abuso. "Si el Estado no cumple, la Corte tiene los medios para supervisar el caso de manera continua", concluyó Herrera.
El caso de Ernestina Ascencio se convierte, así, no solo en un símbolo de la lucha por la justicia, sino también en un recordatorio constante de que la verdad debe prevalecer sobre el silencio y la impunidad. En un contexto donde la violencia contra mujeres continúa en aumento, esta sentencia es un llamado urgente a la acción y la reflexión en México.
