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En entrevista para MVS Noticias con Daniel Guerra, en ausencia de Ana Francisca Vega, el Dr. Irving Rosales, coordinador de la Maestría en Políticas Públicas y académico del Departamento de Economía de la Universidad Iberoamericana CDMX, explicó los principales desafíos que enfrentarán las pequeñas y medianas empresas ante la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales.
Reforma laboral: impacto real en el bienestar de los trabajadores
La reforma, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de las y los trabajadores, plantea una tensión entre sus beneficios sociales y sus efectos económicos. De acuerdo con Rosales, “los impactos sociales son positivos; el bienestar laboral tiende a aumentar, especialmente en términos de salud y salud mental, siempre y cuando no haya una reducción salarial”.
No obstante, advirtió que la mayor preocupación recae en las micro y pequeñas empresas, que cuentan con menor capacidad de adaptación.
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“La evidencia internacional muestra que las grandes empresas suelen ajustarse con mayor facilidad a este tipo de cambios, mientras que las micro y pequeñas requieren medidas de protección durante la transición”, señaló.
En México, este punto resulta especialmente relevante, ya que el 96 % de las empresas son micro, y concentran el 42 % del empleo nacional, por lo que la falta de políticas complementarias podría generar efectos adversos en un sector clave de la economía.
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Pequeñas empresas requieren de nuevas políticas de apoyo
El académico subrayó la urgencia de implementar políticas públicas de acompañamiento para las empresas más vulnerables. “Se necesitan subsidios y programas de capacitación que impulsen la digitalización y aumenten la productividad”, afirmó.
También planteó la posibilidad de establecer esquemas flexibles en la distribución de horas laborales, que permitan ajustes temporales en periodos de alta demanda.
Asimismo, Rosales enfatizó que la implementación de la reforma debe garantizarse sin deteriorar la calidad del empleo. Para ello, consideró indispensable fortalecer los mecanismos de supervisión.
“La clave está en el cumplimiento de la ley y en una inspección laboral efectiva que evite abusos”, concluyó.
