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En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Rafael Veloz, expresidente de la Federación de Abogados en Venezuela, relata cómo en las últimas décadas se ha erosionado el Estado de derecho en su país hasta convertirse —en su diagnóstico— en una estructura donde las instituciones públicas han sido cooptadas por intereses criminales.
El abbogado, describe la penetración del narcotráfico en organismos estatales, la ocupación del sistema de justicia y la emergencia de un proyecto opositor que, a partir de la elección del 28 de julio, trabaja en un plan de gobierno inmediato (las “100 horas y 100 días”) para restablecer poderes públicos y reglas democráticas.
Estado de derecho y persecución política
Rafael Veloz señala que el problema venezolano supera la mera vulneración de derechos: es, en su palabra, “terrorismo de Estado”, con organismos convertidos en instrumentos de persecución contra la disidencia y la denuncia ciudadana. Según Veloz, la comunidad internacional ya reconoce esa gravedad y la importancia de visibilizarla.
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“Y de hace un tiempo para acá, el mundo entendió que el problema de Venezuela no es solo la violación de los derechos humanos que ocurren por parte de un terrorismo de Estado y que es terrorismo de Estado.”
Captura del sistema de justicia
El expresidente, explica que la degradación del Estado de derecho no fue súbita: se fracturó por la ocupación progresiva de los poderes públicos, con especial ataque al sistema judicial —tribunales, Fiscalía y Defensoría— que pasaron de árbitros a coautores de las prácticas represivas.
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"La primera expropiación fue la que hizo a los poderes públicos... lo primero que se realizó fue toda una intervención del sistema de justicia.”
Vínculos con el narcotráfico y testimonio de Pollo Carvajal
El entrevistado recoge y reitera las investigaciones y declaraciones que apuntan a la vinculación del Estado con el tráfico de drogas. Menciona a José “Pollo” Carvajal —exjefe de inteligencia— como una pieza clave cuyo testimonio ha mostrado la trama de cooperación con carteles y grupos armados. Para Veloz, esas confesiones son prueba de que el Estado fue “ocupado por un cartel”.
“...La confirmación y el elemento probatorio de que el Estado venezolano fue ocupado por un cartel está en boca de ellos mismos.” Y añade en términos más contundentes: “prácticamente como un narcoterrorista, un jefe de Estado vinculadísimo al crimen organizado.”