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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Mariana Robles, ginecóloga y obstetra, directora general de la Clínica Médicas, tocó el tema de incorporan a niños de 11 años en plan de vacunación contra el virus del papiloma humano.
La vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) ha tomado un giro importante al incluir a niños en los esquemas de vacunación en varios países.
Mariana, expuso la necesidad de involucrar a ambos géneros en la lucha contra el cáncer cervicouterino. "La vacuna no solo protege a los individuos vacunados, sino que tiene un efecto colectivo que evita la transmisión del virus", aseguró.
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La medida, considerada como un avance significativo con perspectiva de género, busca prevenir un cáncer que tiene un impacto desproporcionado en las mujeres. La experta señala, "la meta de erradicar el cáncer cervicouterino a nivel nacional es posible y podría lograrlo en cinco años".
La importancia de una perspectiva de género
Históricamente, se consideró a los hombres como el segmento de menor riesgo en relación a los efectos del VPH. Sin embargo, Mariana destaca que, “al vacunar a los compañeros sexuales, se minimiza la posibilidad de contagio”.
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Esto es un paso adelante, dado que países europeos han visto reducciones significativas en las tasas de cáncer cervicouterino. "La vacunación debe ser antes de que los jóvenes tengan contacto con el virus para maximizar su efectividad".
Mariana enfatizó la importancia de la vacunación en la infancia como una estrategia preventiva clave. Aún así, añade que nadie debe olvidar la necesidad de continuar con las pruebas de detección como el papanicolau, aunque estén vacunados.
¿Qué pasa después de la vacunación?
Aunque la vacuna es altamente efectiva en prevenir cáncer cervicouterino, la experta aclara que "no evita la transmisión del virus frente a la infección".
De hecho, si una persona presenta el virus, se requerirán tratamientos adicionales si se detectan lesiones. Además, Mariana hace un llamado a que se adopten nuevos enfoques para las pruebas de detección, como kits de autodiagnóstico que faciliten el screening de la población. "Es vital la concientización sobre la periodicidad de las pruebas", advierte.
En varios países, las pruebas se realizan cada tres o cinco años, un cambio que podría implementarse pronto en México. La Doctora Mariana concluye destacando que, "las nuevas directrices son el resultado de un mayor conocimiento del virus y su comportamiento".
La vacunación contra el VPH se posiciona, así, no solo como una medida de salud individual, sino como una estrategia de salud pública que involucra a toda la comunidad.
