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En entrevista con Juan Manuel Jiménez, para MVS Noticias, platicamos con María del Pilar Cortés Ramírez, catedrática de la Escuela Superior de Medicina del IPN, sobre el uso excesivo de dispositivos electrónicos en niños y sus consecuencias. La experta alertó que la sobreestimulación digital desde edades tempranas es perjudicial para el desarrollo cerebral y emocional, y va en contra de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
María del Pilar Cortés Ramírez explicó que, según la OMS, ningún niño debería tener contacto con dispositivos electrónicos antes de los dos años. Después de esa edad, la OMS sugiere un máximo de 60 minutos diarios con contenidos específicos, pero siempre con el acompañamiento de los padres. Sin embargo, la catedrática fue más allá en su recomendación personal: “de los cinco para abajo preferible que no haya ninguna pantalla frente al niño”. El problema principal radica en que la pantalla se usa como un simple mecanismo para callar o entretener al niño, sin un propósito educativo o interactivo.
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Los efectos de la sobreestimulación en el cerebro y los sentidos
La sobreestimulación ocurre cuando el niño es expuesto a luces, colores y movimientos brillantes y rápidos que su cerebro y sus sentidos —que aún están en desarrollo— no pueden procesar. Esto genera un estrés en el sistema nervioso central. “Cuando nosotros nacemos, nacemos todavía en desarrollo, ni nuestro cerebro ni siquiera nuestros sentidos están totalmente desarrollados”, aseguró la catedrática.
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Además de la afectación neurológica, la especialista señaló que la gratificación inmediata que generan los aparatos electrónicos crea un circuito dopaminérgico en el cerebro que propicia la adicción y la falta de gestión del tiempo. Esta dinámica, si se fomenta desde la infancia, provoca “mucha frustración, muy poca tolerancia a la frustración”. El uso excesivo de dispositivos electrónicos en niños también puede generar problemas físicos, ya que mantener posturas o movimientos repetitivos puede causar dolor crónico.
Actividades que sí estimulan: juego, música y contacto físico
La Dra. Cortés Ramírez enfatizó que no se requiere gastar grandes sumas de dinero para estimular adecuadamente a un bebé. Lo más importante es la interacción directa y las actividades sensoriales que fomentan las conexiones neuronales. Sugirió el uso de música clásica (principalmente Mozart), cantar canciones de Cri-Cri, hacer móviles caseros de diferentes texturas, y promover el contacto físico y visual.
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La experta alertó que un efecto grave del uso temprano de pantallas es la dificultad para desarrollar la empatía, ya que el niño pierde la capacidad de leer las emociones en el rostro del otro al no tener una interacción constante. “Lo más importante es que nuestra mamá nos mire y nos hable”, subrayó. El uso excesivo de dispositivos electrónicos en niños debe ser limitado para garantizar un desarrollo emocional, social y neuronal sano.