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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Gemma Santana, activista de derechos humanos habló de por qué Semarnat reconoce daños a cavernas y cenotes de Quintana Roo por obras del Tren Maya.
En un nuevo avance sobre la preocupación ambiental del Tren Maya, Santana destacó la alarmante cifra de 120 cenotes en riesgo de contaminación. "Es un golpe durísimo ver los números de la situación actual. Los daños son irreversibles", señala Santana, quien mantiene la esperanza de que el gobierno tome medidas efectivas para preservar estos cuerpos de agua vitales.
¿Hay avances en la remediación del Tren Maya?
La Secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena, ha encargado un plan para sanear los cenotes y ríos subterráneos afectados. Aunque han reconocido que ocho cenotes están contaminados, existen preocupaciones sobre la falta de información exacta. "No sabemos de dónde salió el dato de los ocho cenotes contaminados. Tenemos identificados más de 120", advierte Santana.
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La activista recalca la urgencia de acciones coordinadas para revertir el daño, mencionando que medir la calidad del agua en cada cenote podría costar hasta 25 mil pesos, lo que representa un gasto total de 3 millones de pesos solo para obtener un diagnóstico.
Un llamado a la protección
Los cenotes y ríos subterráneos son fundamentales no solo para la flora y fauna locales, sino también para el abastecimiento de agua en Quintana Roo. "Gracias a estos ríos subterráneos y cenotes hay agua en Cancún y Playa del Carmen", afirma Santana.
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Con la propuesta de crear la primera reserva mundial de ríos subterráneos en la región, las expectativas son altas, pero es crucial que se implementen las medidas necesarias. "Lo que necesitamos es que se protejan los restos del ecosistema y que se detenga la construcción alrededor del tren, que solo incrementará el daño", concluyó la activista, haciendo un llamado a la acción tanto a las autoridades como a la ciudadanía.
La situación actual plantea un importante desafío para la sostenibilidad ambiental en la región, y podría significar la diferencia entre la preservación de un ecosistema único y su irreversible deterioro. Saber cómo actuar y qué decisiones se tomarán en el futuro, será clave para el bienestar de todos los habitantes y visitantes de Quintana Roo.
