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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Sol González Eguía, mexicana integrante de la Flotilla Global Sumud, mencionó todo sobre que ya están en México los mexicanos que participaron en la Flotilla de la Libertad.
Un hecho alarmante sacudió el mar Mediterráneo cuando la flotilla global Sumud, que buscaba llevar ayuda humanitaria a Gaza, fue interceptada por las fuerzas israelíes. Activistas mexicanos Sol González y Diego Vázquez Galindo compartieron sus desgarradoras experiencias tras la detención de su barco.
Sol Gonzáles, quien formó parte de la misión, relató: "Nos rodearon y hubo amenazas por altavoces antes de recibir un ataque con agua que provocó efectos similares a los del gas lacrimógeno".
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La flotilla había estado en alerta tras recibir noticias de que Israel planeaba detenerla, y así fue. En una cobertura al instante, añadió: "No dudé de que el apoyo en tierra sería crucial para nuestro regreso".
Desde el momento en que fueron interceptados, los activistas supieron que su misión humanitaria no sería recibida con calma, sino con fuerzas de seguridad desproporcionadas.
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¿Qué se vivió en la Flotilla de la Libertad?
Diego, por su parte, describió la violencia que presenció en su barco. "Llegó un buque entero de guerra para detener a solo seis personas con ayuda humanitaria", afirmó.
La experiencia fue aterradora, destacando cómo un soldado cortó un tubo de desagüe de su velero: "Esto provocó que comenzara a hundirse, lo cual solo buscaba generarnos preocupación".
A pesar de la violencia vivida, Diego quedó impresionado por la solidaridad entre los miembros de la flotilla. "Los noruegos y alemanes se quedaron a proteger a quienes tenían menos poder en el barco. Esa unidad es invaluable", dijo, resaltando que la detención no fue solo una lucha individual, sino un esfuerzo colectivo.
¿Aún hay esperanza?
Ambos activistas subrayaron que la atención mediática sobre su detención es un lujo que no todos los palestinos tienen. "Es vital recordar que quien comete estos delitos es Israel y que hay un genocidio en Gaza", enfatizó Sol.
Ella fue clara en que su experiencia no es comparable al sufrimiento diario que viven los palestinos. Diego también compartió su perspectiva sobre el futuro: "Si nuestros gobiernos no hacen nada para detener el genocidio, habrán más flotillas. Estaré ahí, de nuevo".
Esta declaración reafirma la determinación de los activistas de continuar su lucha por la justicia. Las voces de Sol y Diego no solo reflejan la brutalidad de la situación; también representan una frase cada vez más repetida en el ámbito de los derechos humanos: "Mientras haya gente dispuesta a actuar, siempre habrá esperanza".
La misión de ayudar a Gaza puede ser peligrosa, pero para quienes la hacen, es una responsabilidad que están dispuestos a asumir. La historia de estas flotillas es solo una parte de un conflicto mayor que sigue siendo ignorado por muchos.