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En entrevista para MVS Noticias con Ana Francisca Vega, Luis Miguel González, director editorial de El Economista, analizó las razones por las que el precio del maíz no puede seguir aumentando y los riesgos que enfrenta la producción nacional ante la dependencia de las importaciones.
"El campo mexicano en los últimos 20 años ha retrocedido”, destacó, especialmente en la producción de granos, lo que ha llevado al país a depender de las importaciones para satisfacer la demanda interna.
Mientras México ha fortalecido su producción de frutas y hortalizas, el especialista advirtió que la situación de los granos es alarmante: “Estamos en manos de las grandes empresas que compran el maíz a un precio que simplemente nos mataría de hambre”.
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Los productores piden un precio de siete mil pesos por tonelada, lo que les permitiría cubrir costos y obtener ganancias justas. Sin embargo, los industriales ofrecen alrededor de cinco mil 200 pesos, generando un conflicto que refleja la desigualdad en la cadena de valor del maíz.
El dilema del Gobierno: proteger el campo o evitar inflación
El también analista económico explicó que el gobierno enfrenta un dilema complejo.
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“Si se reconoce un precio normal de siete mil pesos, eso tendría un efecto inmediato en el precio de la tortilla y generaría presión inflacionaria”, señaló.
Modificar las políticas de apoyo o imponer medidas arancelarias podría provocar una respuesta negativa de Estados Unidos, principal proveedor del grano. Por ello, el margen de acción gubernamental es limitado, y cualquier decisión impacta tanto a los productores como a los consumidores.
Precio del maíz en México: una crisis que refleja la fragilidad del campo mexicano
Luis Miguel González concluyó que “la administración del campo es compleja”, y que la falta de recursos y apoyo ha dejado a miles de agricultores en condiciones de sobrevivencia.
“Si no se gestionan recursos, el problema afectará no solo a los productores, sino a toda la economía”, advirtió.
Por ahora, la crisis del precio del maíz revela una vulnerabilidad estructural: México depende de importaciones para mantener precios bajos, pero lo hace a costa de su producción nacional. Sin una estrategia integral de apoyo al campo, el país podría enfrentar una crisis alimentaria y económica de mayor alcance.
