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En entrevista para MVS Noticias con Ana Francisca Vega, Fanny Arreola, presidenta municipal de Apatzingán, habló sobre la grave situación de inseguridad que enfrenta la entidad tras el asesinato de Bernardo Bravo, líder limonero reconocido por su lucha contra la extorsión y el crimen organizado.
La alcaldesa expresó su pesar por el crimen que ha conmocionado a la región:
“Hay un impacto colectivo, un dolor que aqueja no solo a su familia y a quienes lo conocimos, sino también por lo que él representaba”, señaló Arreola.
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La violencia, afirmó, ha generado miedo y desplazamiento en la población, afectando tanto a productores como a familias enteras.
Extorsión y miedo: el día a día en Apatzingán
Fanny Arreola reconoció que, aunque en algunos momentos se ha vivido una aparente calma, la extorsión sigue siendo uno de los principales problemas.
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“Hoy por hoy se hace evidente que este delito de la extorsión sigue ejerciendo miedo entre la población”, advirtió.
El crimen organizado ha logrado infiltrarse en el sector agrícola, obteniendo información clave que utiliza para imponer cuotas ilegales a los productores de limón. Esta práctica ha afectado severamente la economía local, provocando el éxodo de trabajadores y el cierre de negocios.
“El crimen logra infiltrarse de manera importante, tener datos valiosos que les permiten generar estos cobros”, explicó la alcaldesa.
Fanny Arreola: “No podemos perder la esperanza”
A pesar del panorama adverso, Arreola aseguró que mantiene la esperanza y la voluntad de seguir trabajando por la comunidad.
“Lo peor que podemos hacer es perder la esperanza y mucho menos la comunicación entre nosotros”, expresó.
La presidenta municipal reconoció que sus capacidades institucionales se ven rebasadas, pero reiteró su compromiso con la seguridad y el bienestar de los habitantes.
“Vivir con miedo es algo que en México se ha vuelto generalizado, pero no podemos rendirnos”, dijo.
Por último, Fanny Arreola hizo un llamado a la unidad y organización ciudadana como herramientas esenciales para reconstruir el tejido social en Apatzingán. Destacó que la violencia no solo es un problema de seguridad, sino una crisis que afecta todos los aspectos de la vida comunitaria.