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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Sairam Rivas, activista de Derechos Humanos Organizaciones, explicó cómo denuncian violaciones a los derechos humanos en Venezuela.
Venezuela enfrenta una crisis de derechos humanos sin precedentes, ya que Maduro ha implementado una política sistemática de persecución y terrorismo de Estado. Esta situación afecta a líderes políticos, sociales y activistas, generando un ambiente de miedo y represión en el país.
"En los últimos meses, Venezuela ha instaurado una política de terrorismo de Estado sistemática", señala Rivas. Esto incluye detenciones sin órdenes judiciales, desapariciones forzadas y violaciones al debido proceso.
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Por otro lado, entre noviembre y diciembre, 47 personas fueron detenidas bajo prácticas represivas, mientras que más de 12 desaparecieron en un mes, incluidas figuras clave como activistas de derechos humanos y miembros de la oposición.
Asimismo, las personas deben tomar precauciones extremas, desde evitar movilizaciones masivas hasta cambiar nombres en grupos de WhatsApp para evitar ser identificados. "Se han llevado presos a ciudadanos por publicar un estado de WhatsApp o por tener una foto de María Corina en su teléfono", afirmó la activista.
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¿Cómo han trabajan bajo estas políticas en Venezuela?
Una de las estrategias del régimen es el uso de ciudadanos afines al oficialismo para delatar a vecinos opositores, ya que esto ha creado conflictos dentro de las comunidades, donde la desconfianza y el miedo son ahora comunes. "Han desarrollado una política de delación que ha llevado a detenciones solo porque un vecino acusó a otro", denuncia Rivas.
Aunque se reportaron liberaciones de presos políticos, estas han sido acompañadas por nuevas detenciones más sistemáticas. "Liberaron a más de 900 presos políticos, pero comenzó una nueva ola de persecución mucho más directa contra dirigentes sociales y políticos", explicó, ya que actualmente, en Venezuela hay más de 2 mil 500 presos políticos, lo que demuestra la magnitud de la crisis.
La situación en Venezuela es alarmante. La represión no solo vulnera los derechos humanos, sino que también limita la posibilidad de expresión y organización de la sociedad civil.