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En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Diana Cristal González, abogada de María Elena Ríos, expresó su indignación y satisfacción parcial tras la anulación de la liberación del agresor de la saxofonista, quien fue atacada con ácido en 2019.
González describió con detalle las irregularidades que marcaron el juicio y subrayó la gravedad del caso.
"La indignación sigue de manera muy marcada”, afirmó González al inicio de la entrevista, dejando claro que, aunque se logró impedir la liberación del agresor, la batalla por la justicia está lejos de haber terminado.
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"Qué bueno que el Consejo de la Judicatura de Oaxaca impidió la libertad conforme a derecho”, añadió, reconociendo la intervención del organismo, aunque destacó que esta llegó "tardíamente".
González fue contundente al criticar la defensa del agresor y las tácticas utilizadas durante el juicio.
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“La defensa y la perversidad están diciendo barbaridad y media”, comentó, refiriéndose a la estrategia legal de la contraparte, que, según ella, estuvo plagada de mentiras.
Como abogada de María Elena Ríos que trabajó en el caso desde 2020, González aseguró que "logramos la visión de una cantidad impresionante de prueba", rechazando las acusaciones de la defensa de que no había suficiente evidencia.
Abogada de María Elena Ríos narra irregularidades
La abogada de María Elena Ríos también denunció las condiciones inhumanas a las que fue sometida durante el juicio.
"Se nos obligaba de manera indebida e ilegal de parte del juez, fui víctima de eso, de estar en horas extenuantes, más de 10 horas, casi todos los días”, relató, describiendo cómo el proceso judicial fue manipulado en contra de su clienta y de ella misma.
Finalmente, debido a estas presiones, González se vio forzada a retirarse del caso, dejando que su representada continuara con una asesoría jurídica pública: "Me vi en la necesidad de que ella continuara con una asesoría jurídica pública porque me sacaron del tribunal a trancazos morales”.
Uno de los puntos más preocupantes, según González, fue la conducta del juez durante el juicio.
“Hubo tal tortura que a la víctima se le llamó mentirosa, el propio juez le dijo mentirosa a la víctima”, denunció, revelando el nivel de hostilidad y falta de empatía que enfrentó su clienta.
A pesar de las pruebas periciales que demostraron claramente que el ataque fue un intento de feminicidio, el juez minimizó el uso de ácido sulfúrico, un elemento clave en el caso.
"Hay algo muy triste: hubo una total ignorancia perversa entre el resultado material y el nexo a través del medio comisivo, fue ácido sulfúrico”, enfatizó González.
A pesar de la anulación de la liberación, González subrayó la necesidad de seguir luchando por justicia plena: "Esa resolución la aplaudo al Consejo de Judicatura de Oaxaca... Pero se debe impugnar, tenemos confianza en la sala”.
La abogada también compartió su profunda empatía con la situación de María Elena Ríos, afirmando que "hemos sido víctimas de actos inhumanos y ella más”.
La devastación de María Elena Ríos, quien "no puede ni hablar”, es un testimonio del impacto del ataque y del proceso judicial que, según González, actuó "con ilegalidad para proteger la integridad de una mujer cuyo pecado fue quedar viva”.
Finalmente, González concluyó con una reflexión sobre su propio papel en el juicio, señalando que su firmeza en la defensa de su clienta la convirtió en un obstáculo tanto para el tribunal como para la contraparte: "Yo no le convenía al tribunal ni a la contraparte, porque de cada pregunta que hacían, se las objetaba 100 veces”.
La abogada dejó claro que, aunque se ha logrado un avance, la lucha por la justicia para María Elena Ríos aún enfrenta numerosos desafíos.