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En su colaboración para MVS Noticias con Luis Cárdenas, el periodista especializado en crimen organizado, Óscar Balmen, habló sobre cómo Los Chapitos entregaron a un supremacista blanco a Estados Unidos.
El supremacista era un líder de la pandilla carcelaria conocida como Ghostface Gangsters.
La investigación, conocida como Operación Fantasma Atrapado, comenzó en Georgia en 2021.
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El objetivo era desmantelar a los Ghostface Gangsters, una pandilla que se dedicaba al tráfico de drogas y homicidios, y que tenía una ideología supremacista blanca.
Los investigadores se centraron en la pandilla después de una serie de muertes por sobredosis en la región, en las que los Cara de Fantasma desempeñaron un papel importante.
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Los agentes federales y locales realizaron intervenciones telefónicas, vigilancia en campo y cateos para confirmar la relación entre la pandilla supremacista y los cárteles mexicanos, quienes les suministraban las drogas.
La pandilla inundó Georgia con metanfetaminas, fentanilo, heroína y benzodiacepinas de contrabando.
En enero de 2023, las autoridades anunciaron los resultados de la operación, con 118 cargos criminales contra 76 acusados, pero faltaba arrestar a David Young, alias "Khaos", un líder de la pandilla.
Young había cruzado la frontera hacia México y se escondía en Sonora, con la esperanza de que sus socios mexicanos lo protegieran.
Los Chapitos colaboraron con Estados Unidos
Sin embargo, Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y Joaquín Guzmán, hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán, decidieron colaborar con las autoridades estadounidenses.
Al enterarse de que Young se escondía en uno de sus bastiones, aprovecharon la oportunidad para ganarse el favor del FBI y mejorar su propia posición ante la ley.
Los Chapitos capturaron a Young, cuyo tono de piel blanca y cabello rubio lo hacía destacar, y lo entregaron a las autoridades estadounidenses.
Esta colaboración tenía beneficios para los hijos del Chapo, ya que les ayudó a mostrar buena voluntad ante el FBI y a quitarse la etiqueta de objetivos prioritarios por traficar fentanilo.
El 10 de marzo, "Khaos" fue extraditado a Estados Unidos para enfrentar cargos criminales. Los Chapitos, por su parte, mostraron una inusual colaboración con las autoridades estadounidenses al entregar a un líder supremacista blanco.
Esta acción revela las paradojas del crimen organizado, donde Los Chapitos pueden ser asesinos, secuestradores o tratantes de personas, y recibir recompensas del cártel por ello. Sin embargo, su rechazo al racismo los llevó a entregar a "Khaos" como trofeo, una decisión que resalta la complejidad de las relaciones entre los cárteles mexicanos y las autoridades estadounidenses.