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En entrevista con Luis Ochoa y Roxana Aguilar, en ausencia de Pamela Cerdeira, para MVS Noticias el internacionalista Fausto Pretelin habló del legado de James Carter
Jimmy Carter, expresidente de Estados Unidos, dejó un legado político que trasciende su mandato de 1977 a 1981, destacándose por su compromiso con la democracia, los derechos humanos y decisiones estratégicas difíciles pero visionarias.
Así lo analizó el internacionalista Fausto Pretelin, quien enfatizó que Carter representa una figura única en la política global.
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El respeto a la democracia y los Derechos Humanos
“Carter entendía que Estados Unidos, aunque promovía la democracia y los derechos humanos, no era perfecto en estos temas”, señaló Pretelin. Desde su administración, Carter impulsó cambios que priorizaban estos valores, incluso cuando eran impopulares.
Un ejemplo clave fue su postura hacia América Latina, particularmente en el caso de Nicaragua. En lugar de apoyar la dictadura de Anastasio Somoza, Carter optó por respetar la voluntad de las urnas, permitiendo que el Frente Sandinista de Liberación Nacional llegara al poder. Este enfoque marcó un cambio en la política exterior de Estados Unidos hacia la región.
La decisión más difícil: el Canal de Panamá
Una de las decisiones más trascendentales de Carter fue la devolución del Canal de Panamá, un tema que, según Pretelin, el propio expresidente describió como “la más difícil de su carrera”. Carter sabía que este movimiento sería antipopular en Estados Unidos, pero lo consideró estratégico para evitar tensiones con Panamá y el resto de América Latina.
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“Si no regresaba el canal, Estados Unidos habría enfrentado un problema geopolítico importante con Panamá y sus vecinos”, explicó Pretelin quien añadió que Carter reconoció años después que esta decisión fortaleció las relaciones en la región y evitó conflictos a largo plazo.
Contrastes con el presente
El legado de Carter adquiere relevancia en el actual panorama político. Pretelin destacó que su decencia y enfoque en los derechos humanos contrastan con líderes contemporáneos como Donald Trump, quien “muestra poco interés en estos valores fundamentales”.
Carter, en cambio, abogó por la diplomacia y el diálogo, visitando Cuba en dos ocasiones tras dejar la presidencia, un gesto simbólico en el contexto de las tensiones con la isla.
Aunque Carter realizó importantes contribuciones, su presidencia fue marcada por desafíos como la crisis de los rehenes en la embajada de Estados Unidos en Irán, que debilitó significativamente su popularidad.
En palabras de Pretelin, Carter destacó como un “personaje decente en la política, una cualidad rara en los líderes de hoy”. Su legado, construido sobre principios de justicia y respeto, sigue siendo un ejemplo en un mundo político cada vez más polarizado.