ENTREVISTAS LUIS CÁRDENAS

Así es trabajar en un call center del crimen: ‘Escapó por un golpe de suerte’

Óscar Balderas, periodista especializado en narcotráfico y temas de inseguridad, compartió la historia de Daniel, quien logró escapar de un centro ilegal de intimidación.

Esta es la historia de Daniel, un joven de 27 años que prefirió guardar su identidad.
Esta es la historia de Daniel, un joven de 27 años que prefirió guardar su identidad.Créditos: Pexels
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Colaboración de Óscar Balderas

En su colaboración para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Óscar Balderas, periodista especializado en inseguridad, habló sobre las confesiones desde un call center del crimen.

El reportero contó que “12 días después del hallazgo de los cuerpos de ocho jóvenes jaliscienses que trabajaban en un call center del Cártel Jalisco Nueva Generación, un correo electrónico llegó a su bandeja de entrada”.

“El remitente se presentó como Daniel de 27 años y oriundo de El Salto, Jalisco. Agobiado por las noticias quería contar su historia a cambio de anonimato. Acepté porque, en 14 años de experiencia cubriendo estos temas, a veces ocultar la identidad de las personas es la única forma de llegar a la información, relató.

Sin embargo, para compartir su historia, Óscar Balderas le pidió corroborar la información.

“Daniel aceptó y mandó una imagen de su credencial. Me pidió no publicarla, pero sí describirla; dijo que decenas de chicos recordarían la cromática de esa vieja identificación laboral: fondo blanco, franja roja y nombre de la empresa que empieza con ‘C’ con oficinas en Tlajomulco”, dijo.

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¿Cómo fue la historia de Daniel en el call center del crimen?

Según lo contado al periodista, “Daniel llegó a su nuevo trabajo en 2021 por internet: el mundo se reabría después de la pandemia y los empleos en estos centros se ofertaban como una oportunidad para remontar el tiempo perdido en confinamiento”.

“El salario era atractivo: 6 mil pesos semanales más comisiones. Acudió a la cita, entregó sus documentos personales y recibió una llamada de vuelta: había sido aceptado en el turno de 3 de la tarde a 11 de la noche”, añadió.

Pero pasaron unas horas en sus primeros días para darse cuenta que no era una empresa normal.

“El supervisor les obligaba a vender y cobrar con intimidaciones. El estilo, le aseguraron, era agresivo, pero legal. Pronto se dio cuenta que no era: la información que tenían de los potenciales y ya seguros clientes era excesiva. Tenían copias de credenciales de elector, fotografías de casas y hasta direcciones de colegios de los hijos”, mencionó.

Crédito: Pexels

Agregó que era común la presencia de hombres armados, paquetes extraños que parecían ser drogas.

“Daniel escapó por un golpe de suerte. En su último día de trabajo notó más nerviosos de lo usual a los supervisores. Sacaban y empacaban cosas con gesto angustiado. Al día siguiente lo entendió: la empresa súbitamente se mudó del edificio”, informó Óscar Balderas.

Es así como este joven vivió momentos de terror en un call center del crimen, al igual que los otros 50 empleados.