Popeye, el marinero de fuerza prodigiosa y comedor de espinacas, tiene una asombrosa conexión con la vida real. Detrás del icónico personaje animado creado por Elzie Crisler Segar en 1929, se encontraba un hombre de aspecto rudo y buen corazón llamado Frank “Rocky” Fiegel.
Este marinero, que se convirtió en una leyenda local en Estados Unidos, fue la inspiración directa para uno de los héroes más reconocibles de la cultura popular del siglo XX.
Foto: Wikimedia Commons
La vida real de Frank Fiegel
Según la revista National Geographic, Frank Fiegel nació en Polonia en 1868 y emigró con su familia a Chester, Illinois, un puerto fluvial sobre el río Misisipi. A lo largo de su vida, Fiegel trabajó como marinero, estibador y, finalmente, como vigilante de seguridad.
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Fiegel era un personaje inconfundible. Los habitantes de Chester lo recordaban por su mandíbula prominente, un solo ojo entrecerrado (de donde surgió su apodo de Pop-Eye u “ojo saltón”), y la pipa que colgaba de su boca. A pesar de su fama de rudo, era un hombre generoso, muy querido por los niños, a quienes contaba historias exageradas de sus aventuras.
De la inspiración a la creación del cómic
Entre los niños fascinados por las anécdotas de Fiegel se encontraba Elzie Crisler Segar, el futuro creador del marinero. Años después, Segar introdujo a Popeye en su tira cómica Thimble Theatre en enero de 1929. El personaje rápidamente se convirtió en el protagonista indiscutible.
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La semejanza entre Fiegel y Popeye era evidente: la pipa, el ojo entrecerrado y el carácter. Popeye Fandom destaca que el personaje fue caracterizado por Segar como un marinero impetuoso, pero con simpatía por los individuos pobres, un reflejo del espíritu indomable de Fiegel.
El mito de las espinacas y el legado
Un dato curioso es que el original no obtenía su fuerza de las espinacas; su fuerza era innata. Las espinacas se introdujeron en 1931 como una campaña para fomentar el consumo de verduras en Estados Unidos durante la Gran Depresión. La influencia de este personaje fue tal que el consumo de espinacas aumentó un 30 por ciento en esos años.
Foto: Wikimedia Commons
Frank Fiegel murió en 1947. En su lápida, los vecinos de Chester grabaron una pequeña imagen del marinero como homenaje. Hoy, Chester se promueve como “la ciudad de Popeye” en honor al marinero real que inspiró al héroe.
