El músico británico Roger Waters, conocido por su activismo político, utilizó su concierto en Bogotá para abogar por la defensa de los derechos humanos y detener el "genocidio en Gaza".
En un espectáculo cargado de política y nostalgia, Waters interpretó los clásicos de Pink Floyd ante un público emocionado que se entregó a su causa.
En el Coliseo MedPlus, las tribunas y la platea se llenaron para ver al artista de 80 años que visitó por tercera vez la capital colombiana para prrsentar This is not a drill, su gira de despedida con un show marcado por las imágenes de guerra, la teatralidad y las luces.
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El espectáculo comenzó con una versión lenta de 'Comfortbly Numb' y con una representación en la que aparecía un paciente psiquiátrico en el escenario acompañado por un fondo de una ciudad distópica, como el mundo en el que dice Waters que vivimos.
Luego el artista apareció en tarima y encendió al público con 'The happiest days of our lifes' y 'Another Brick in the wall Part II', clásicos que acompañó con mensajes como "¿Somos malvados?" que llenaron las cuatro pantallas que conformaban la escenografía.
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El mensaje de Roger Waters
Durante el show, Waters proyectó imágenes de la guerra en Gaza, así como mensajes denunciando el sufrimiento del pueblo palestino.
"No podemos permitir que continúe el genocidio en Gaza", dijo Waters al público. "Tenemos que hacer algo para detenerlo".
El músico también aprovechó su discurso para elogiar al presidente colombiano, Gustavo Petro, a quien considera un líder progresista que puede ayudar a promover la paz en la región.
"Gustavo Petro es un hombre de paz", dijo Roger Waters. "Espero que pueda ayudar a detener la violencia en Gaza y en todo el mundo". Y recordó que había pedido en las redes sociales votar por él en las elecciones de 2022.