El cantante Roger Waters últimamente ha caracterizado sus conciertos por resaltar mensajes sobre la Guerra entre Rusia y Ucrania, además de su activismo, con temas relacionados con el abuso de poder, derechos humanos, injusticia social y la militarización.
Su presentación en el Palacio de los Deportes en la Ciudad de México fue conmovedora, pues recordemos que el cantante dio una pausa en los escenarios, tras la pandemia por Covid-19.
El tour “This is not a drill” deleitó a los fanáticos con canciones de su etapa como solista, así como cuando fue el líder de Pink Floyd, una de las bandas que revolucionó la música en todos los sentidos.
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En sus dos presentaciones en la capital del país se pronunció con consignas políticas, además de que sus reflexiones y motivación cautivo al público, pues a diferencia del show que dio en 2016 en el Foro Sol y donde se mostró un tanto discreto, es un cambio drástico.
En punto de las 21:00 horas, la enorme cruz se encendió con imágenes que acompañaron una versión sombría de “Comfortably Numb”.
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Posteriormente, la estructura se elevó y dio forma al escenario por el que Roger Waters dio su concierto durante tres horas, en donde se paseó para interpretar canciones como; “The Happiest Days of Our Lives”, “Another Brick in the Wall”.
Mientras sonaba “The powers that be”, en las pantallas se producían animaciones de abusos policiales, protestas, uso indebido de la fuerza y políticos como Donald Trump, George Bush y Ronald Reagan con la leyenda: criminales de guerra.
Roger Waters cerró su concierto en el Palacio de los Deportes en la Ciudad de México, brindando con Mezcal y la bandera de México en la mano.