Tras el reciente anuncio del Gobierno federal sobre la instauración paulatina de la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas, la Coparmex, exigió una reflexión profunda, integral y con visión de país.
Por ello desde la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) reconocen la importancia de afirman que conocen las condiciones de las y los trabajadores, pero subrayan que cualquier modificación a la Ley Federal del Trabajo debe construirse desde el diálogo responsable, con base en datos, y considerando el difícil contexto económico actual que enfrentan el país y las empresas, en particular las micro, pequeñas y medianas, que constituyen el motor del empleo formal en México.
El organismo patronal reiteró su disposición para participar de forma activa en las mesas de trabajo que convocará la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Estamos listos para sumar, con argumentos y propuestas, a un proceso que debe incluir a todas las voces y visibilizar la realidad de los distintos sectores económicos.
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Dejó en claro que no es momento de decisiones unilaterales, ni de imposiciones políticas.
“Es tiempo de construir acuerdos que garanticen el equilibrio entre productividad, mejoras en las condiciones laborales y viabilidad empresarial, para impulsar los objetivos y prioridades anunciados por el Gobierno Federal y que requiere el país".
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El sector empresarial se encuentra unido en un mismo frente: promover el bienestar de las personas trabajadoras sin comprometer la sostenibilidad de las fuentes de empleo.
La Coparmex recordó el incremento al salario mínimo, la ampliación de las vacaciones , la regulación de la subcontratación y la reforma pensionaria, como logros en materia laboral.
Por ello indicó que es fundamental que también se logre la deducibilidad al 100% de las prestaciones laborales y la actualización de la tabla de subsidios al empleo (ISR), como elementos clave para fomentar la formalidad y facilitar la implementación de nuevas obligaciones laborales.
Finalmente sostuvo que cualquier propuesta para reducir la jornada laboral debe incluir una implementación gradual, flexible y adecuada a las capacidades de cada sector productivo. Además, se deben establecer excepciones razonables para actividades específicas, que por su naturaleza requieren esquemas distintos, con el fin de evitar impactos negativos que puedan traducirse en pérdida de empleos o aumento en la informalidad.
No atender esta realidad sería ignorar las condiciones de millones de pequeños negocios que operan al límite y sostienen gran parte del empleo nacional.