Desde el ingreso de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la presidencia, en diciembre de 2018 hasta el mes pasado, el litro de gasolina sufrió un aumento de 19.41 a 24.05. De acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía (CRE), actualmente, llenar un tanque de 40 litros de combustible regular exige un gasto de 962 pesos promedio a nivel nacional.
Aunque esta medida afectó a todo el país, hubo estados que se vieron mucho más afectados que otros.
¿Cuáles son los estados donde más aumentó la gasolina?
Debido a su actividad turística masiva, los estados de Quintana Roo y Baja California Sur registraron altos niveles de demanda de combustible, que le significaron un aumento notorio en el precio de la gasolina regular de unos 5.86 pesos.
Te podría interesar
Mientras que el territorio gobernado por Mara Lezama Espinosa tuvo un alza de 19.45 a 25.31 pesos, el estado bajo la gestión de Víctor Manuel Castro, mostró incrementos de 19.63 a 25.49 pesos. Sin duda, ambas localidades se vieron mayormente afectadas por el factor del turismo, ya que demuestran niveles más elevados que los sitios que no tienen gran actividad en este sector.
¿Por qué sube el precio de la gasolina?
Según el director de PetroIntelligence, Alejandro Montufar, los precios se ven impactados por diversos elementos que pueden tanto dispararlos como rebajarlos. Impuestos, cotizaciones internacionales, tipo de cambio, logística, margen de venta, ajuste de calidad, costos de seguridad y la competencia en el mercado, pueden alterar de forma determinante en este índice.
Por su parte, para la consultora Caraiva y Asociados, el factor principal que influye en el aumento de precios es está signado por la logística, es decir, el transporte que recorre la distancia entre el lugar de producción y el punto de venta. La entidad remarca que, durante el sexenio pasado, la logística determinaba 13% del precio al público.
Sin embargo, en la actualidad el litro se vende en cerca de 25 pesos y tiene una participación de hasta 42%, debido a que la mayoría de los combustibles que son importados por empresas estadounidenses vienen por autotransporte o ferrocarril, ya que las redes de ductos y el almacenamiento aún no han tenido sus obras de ampliación.