La calificadora Moody's Ratings dio a conocer en un reporte que la nueva presidenta de México, tras las elecciones del próximo 2 de junio, enfrentará un “panorama fiscal difícil”, en medio de demandas sociales y necesidades energéticas para hacer rentable a Pemex y alcanzar las metas de transición energética.
El análisis de Moody’s advierte que quien asuma la presidencia de México para los próximos seis años también tendrá menos capital político que el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador.
Según datos de la plataforma Oraculus, que promedia los resultados de distintas encuestas, López Obrador llegó al poder en diciembre de 2018, con casi un 80 por ciento de aprobación; en tanto que termina con un 66 por ciento.
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Esto “hará que los riesgos sociales y de Gobierno adquieran mayor relevancia”, así como que complicaría su capacidad para impulsar sus promesas de políticas públicas.
“Independientemente del resultado de las elecciones, prevemos que el próximo Gobierno (mexicano) enfrentará una situación difícil debido al deterioro fiscal, las necesidades de recibir apoyo de Pemex y las promesas de campaña de aumentar el gasto social y la inversión pública”, destaca.
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“Si bien Sheinbaum lidera muchas encuestas —a veces por un margen considerable—, las elecciones podrían ser reñidas, sobre todo si las encuestas subestiman el apoyo a Gálvez”, añadió el reporte.
Por su parte, Moody’s identificó que las principales preocupaciones de los mexicanos de cara a los comicios del 2 de junio próximo son la delincuencia, la seguridad, la estabilidad económica y la creación de empleo; además de la corrupción y la necesidad de una mayor transparencia.
Moody's también señaló que el Congreso mexicano podría impulsar cambios constitucionales desde septiembre, aún con López Obrador al frente del Gobierno mexicano, si la alianza oficialista alcanza la representación de dos tercios del Congreso tras su renovación en las próximas elecciones de junio.