Las "tandas" son una práctica arraigada en la cultura financiera mexicana, ofreciendo una forma tradicional de ahorro y préstamo entre grupos de personas.
Sin embargo, en los últimos años, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha intensificado su escrutinio y regulación sobre estas operaciones, especialmente aquellas que presentan riesgos de esquemas piramidales o de captación irregular de fondos.
Para garantizar la transparencia y legalidad de estas prácticas, el SAT ha establecido normativas destinadas a prevenir el lavado de dinero y la evasión fiscal.
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Entre estas regulaciones se incluyen lineamientos que requieren que los organizadores de las tandas registren y documenten minuciosamente todas las transacciones financieras asociadas a estas actividades. Asimismo, se insta a los participantes de las tandas a declarar los ingresos recibidos de manera adecuada para evitar posibles implicaciones fiscales.
Si has organizado o participas en una "tanda" y recibes transferencias a tus cuentas bancarias, es fundamental que cumplas con tus obligaciones fiscales declarando esos fondos como ingresos adicionales. En el caso de los organizadores, es importante llevar un registro detallado de los ingresos percibidos por cada participante.
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El SAT, como órgano dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, tiene la autoridad para llevar a cabo auditorías y revisiones en caso de detectar discrepancias entre los ingresos declarados y los registros financieros. En este sentido, puede solicitar información sobre los depósitos realizados en las instituciones financieras pertinentes para verificar la veracidad de la información proporcionada.
Por lo tanto, es importante mantenerse informado y cumplir con las regulaciones vigentes para evitar posibles sanciones o inconvenientes fiscales en el futuro.