La Profeco no ha emitido una declaración definitiva que catalogue al café como "malo" para los niños en términos absolutos. Sin embargo, ha enfatizado los riesgos potenciales asociados al consumo de cafeína en menores de edad, sobre todo por su efecto estimulante.
¿Qué sucede si consumes mucha cafeína?
El café contiene cafeína y consumir demasiada cafeína en un día podría provocarte:
Ansiedad: La cafeína puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que puede generar ansiedad e inquietud.
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Insomnio: La cafeína puede interferir con el ciclo del sueño, dificultando el conciliar el sueño y provocando despertares nocturnos.
Irritabilidad: La cafeína puede aumentar la irritabilidad y la agresividad.
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Náuseas y vómitos: El consumo excesivo de cafeína puede causar malestar estomacal, náuseas y vómitos.
Nerviosismo y temblores: La cafeína puede causar temblores y una sensación de nerviosismo.
Aumento en la presión arterial: La cafeína puede aumentar temporalmente la presión arterial.
Dolor de cabeza: La cafeína puede desencadenar dolores de cabeza en algunas personas.
Falta de concentración: La cafeína puede afectar la capacidad de concentración y atención.
Frecuencia cardíaca acelerada: La cafeína puede aumentar la frecuencia cardíaca.
Malestar estomacal o acidez: La cafeína puede aumentar la producción de ácido gástrico, lo que puede causar malestar estomacal o acidez.
Pérdida de agua, sal y calcio: La cafeína tiene un efecto diurético, lo que significa que puede aumentar la producción de orina y la pérdida de agua, sal y calcio.
Estas son las 3 razones por las que los niños no deben tomar café
Aunque el café no afecta directamente al crecimiento físico de los niños, su consumo excesivo puede tener consecuencias negativas. Entre las más importantes, podemos destacar:
Caries: La acidez de la cafeína puede debilitar el esmalte dental, aumentando el riesgo de caries.
Hiperactividad: La cafeína es un estimulante que puede crear un estado de alerta constante en los niños, lo que puede afectar su conducta y capacidad de concentración.
Insomnio: El consumo de café puede alterar el ciclo del sueño, especialmente en niños de 5 a 12 años, que requieren al menos 11 horas de sueño por día.
La postura de la Profeco no es una prohibición absoluta del café en niños, sino una advertencia sobre los riesgos potenciales asociados a su consumo.