El Banco de México (Banxico) explica algunos de los términos que regularmente se pueden escuchar al hablar de la economía del país, pero que no necesariamente son entendidos por todos, estos son la hiperinflación y la deflación.
El organismo aclara que el alza de precios de un bien o servicio, o incluso de todos los bienes de la economía en un momento en particular, no es inflación.
Mientras que el fenómeno inflacionario se da cuando el aumento de los precios de los bienes y servicios de una economía es sostenido y generalizado a lo largo del tiempo.
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¿Qué es la hiperinflación, según el Banxico?
El Banco de México explica que este fenómeno se da cuando la tasa de inflación es considerablemente alto, esto generalmente ocurre cuando es del 50 por ciento o superior al mes.
Se caracteriza por el rápido y excesivo crecimiento de la oferta de dinero en la economía, pero que no se respalda por una producción equivalente de bienes y servicios.
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"A lo largo de la historia, las hiperinflaciones han sido causadas cuando las autoridades monetarias imprimen más billetes de los requeridos por la economía con el fin de financiar el gasto del gobierno", comenta el artículo del Banco de México.
Añade que estas experiencias dieron origen a dotar a las autoridades monetarias de autonomía respecto del gobierno, con el fin de que no se vean obligadas a financiar su gasto.
Agrega que la hiperinflación provoca una fuerte disminución en el valor real de la moneda, con lo que se presentan aumentos de precios de manera rápida, mientras que la cantidad de bienes y servicios que el dinero puede adquirir presenta una disminución.
Este fenómeno es muy difícil de detener una vez que inicia, pues los consumidores, al ver que su dinero disminuye, intentan gastarlo lo más pronto posible, generando un efecto de que los precios se perpetúen al alza.
¿Qué es la deflación?
Este fenómeno es lo contrario a la inflación, es decir, que se presenta un decremento continuo y general de los precios, explica el Banxico.
Las causas de este fenómeno son variadas, pero en general se asocian con reducciones en la oferta y en la demanda de bienes, y también puede ser resultado de una mayor producción a la requerida.
"Si los precios bajan, el valor real del dinero aumenta, lo cual es bueno para los consumidores ya que con la misma cantidad de dinero pueden adquirir más bienes", apunta.
Sin embargo, advierte que si se prolonga esta dinámica, puede ocasionar que los consumidores decidan postergar sus gastos, en espera de que se presenten mejores precios, disminuyendo la demanda de bienes y servicios.
Es así que los negocios se ven orillados a bajar más sus precios, en una especie de ciclo vicioso, que podría llevar a las empresas a producir menos, y derivar en el desempleo.
"De esta forma, la deflación puede desembocar en una recesión económica, es decir, un escenario caracterizado por la disminución generalizada de la actividad económica durante un periodo prolongado, en combinación con bajos niveles de consumo, inversión y empleo", indica.
Estos son los escenarios que la hiperinflación y la deflación pueden causar, así como los que pueden originarlos, de acuerdo con los datos del Banxico.